Si bien la práctica salida de Pemex del capital de Repsol era un hecho descontado por el mercado, la colocación acelerada entre inversores cualificados del 7,86% de las acciones de la petrolera española ha tenido efecto en la Bolsa. Pero lo ha tenido básicamente porque se ha hecho con un descuento del 3,6% respecto a la última cotización: 20,865 euros por acción. El citado recorte se ha trasladado matemáticamente a la cotización, y Repsol que se ha dejado un porcentaje similar en Bolsa.

Sacyr, que cuenta con el 9,4% de la petrolera, también ha sido castigada en Bolsa. Con esta operación, la petrolera mexicana deja reducida su participación a apenas el 1,44%, que venderá en los próximos meses. 

Con independencia del efecto bursátil, que la compañía puede ir solventando en próximas sesiones y más si anuncia alguna operación relevante que sea bien acogida por los gestores de los fondos, la salida de Pemex puede considerarse un alivio para la compañía que preside Antonio Brufau. En estos meses ha ganado varias batallas a los inversores mexicanos -la última más relevante es la aprobación por la junta de una medida que tiene como objetivo evitar la desmembración del grupo por un inversor lance al no ser que éste lance una opa-. También votó en contra del nombramiento de Imaz como consejero delegado.

La venta, poco días antes de la visita a España del presidente de México, Enrique Peña Nieto, puede mejorar, asimismo, el panorama para que Repsol invierta en los proyectos que se abren en México con la reforma energética, que permite la entrada de capital privado, nacional y extranjero, en la exploración y producción de hidrocarburos. Un tema que, no obstante, queda en la sombra en el comunicado oficial de Pemex tras la colocación

Después de conocerse que Pemex ha logrado el éxito en la operación, a un precio de 20.10 euros por acción, con Deutsche Bank y Citigroup como agentes colocadores, la empresa ha señalado que su consejo de administración autorizó, en sesión extraordinaria y por unanimidad, el proceso de desinversión de los títulos que mantenía en Repsol.

«Ante el nuevo entorno en el que se desarrollará Pemex, tras la aprobación de la legislación derivada de la reforma energética, se considera que la desinversión de la posición accionaria en Repsol permitirá una mejor asignación de recursos financieros en proyectos e inversiones con mejores expectativas de rentabilidad y de generación de valor económico para México», añade la empresa azteca. Un tema que habían manifestado en fechas recientes diversas autoridades del Gobierno de México.

Pemex reitera que la decisión se debe «a la baja rentabilidad de las acciones obtenida por la actual administración frente a otras petroleras, a nuestras diferencias con sus prácticas de gobierno corporativo y a que no se materializaron los beneficios mutuos que Pemex esperaba de la alianza industrial firmada con Repsol hace más de dos años».

Después de acusar a la dirección de la empresa española de falta de interés en el desarrollo de los acuerdos industriales, señala que en sus 35 años en Petronor y Repsol, Pemex ha logrado «una plusvalía de más de 900 millones de dólares (660 millones de euros)», cifra que consideran irrelevante. Pero afirman que están abiertos Si bien añade que están abiertos «a concertar alianzas a nivel global que sean rentables y que conlleven un beneficio financiero, tecnológico o de capital humano».

Y ante el fin de las relaciones accionariales, el grupo «enfatiza categóricamente» que esta decisión de mercado no es un tema de la agenda bilateral en la relación México-España, la cual es profunda y amplia, y de la que el propio Pemex es un ejemplo, con sus recientes inversiones de negocios en ese país. La práctica coincidencia de las fechas ha hecho que se perciba una relación entre ambos temas, es decir, que la visita se desarrolle con ese problema resuelto y no sólo aparcado.

En este contexto, el banco británico HSBC ha comunicado que tiene el 5% del capital de la empresa que preside Antonio Brufau. No obstante, el aumento de participación por encima del 5% tuvo lugar el pasado 29 de mayo, por lo que es previo a la venta del 7,86% del capital por parte de Pemex. Por su parte, Morgan Stanley ha elevado el precio objetivo de Repsol de 19,30 a 21,70 euros con recomendación neutral.