“Los mensajes de la izquierda abertzale son insuficientes hoy, pero no serán en balde”. Con esta afirmación, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha devuelto la incertidumbre a la estrategia de la lucha antiterrorista, justo en el momento en que presentaba a los miembros de su nuevo gabinete, un gobierno que tantos poderes otorga a Pérez Rubalcaba.

Lo afirmado por Rodríguez Zapatero dejó abiertas todas las expectativas. Pero ya se ha encargado su ministro Portavoz, Pérez Rubalcaba, de explicarlo a su manera en la primera rueda de prensa que ofrece como titular de todos sus nuevos cargos. Rubalcaba ha dicho que la política antiterrorista no ha cambiado “un ápice” y las exigencias en relación con Batasuna tampoco han cambiado. Porque Batasuna tiene dos opciones, convencer a ETA de que debe abandonar la violencia o abandonar ellos a ETA.

Pero no entró a valorar Rubalcaba la expresión “no sería en balde”, pronunciada por Zapatero, quien, por cierto, matizó que los mensajes de la Izquierda Abertzale son insuficientes hoy.

No ha sido extraño que la frase de Zapatero haya disparado las alarmas en el seno de las Fuerzas de Seguridad del Estado, tanto en Policía como en Guardia Civil, cuyas instrucciones hasta ahora han sido absolutamente claras en la lucha contra el terrorismo etarra, propiciando la detección y captura de terroristas y aplicando la ley en la búsqueda de movimientos tendentes a localizar intentos de formación de grupos políticos “batasunos” que pretendan presentarse a las próximas elecciones municipales.

{destacado}Porque lo dicho por el presidente del Gobierno se interpreta como un avance en el seno de la Izquierda Abertzale de cara a sus más profundos deseos de acudir con cualquier “marca blanca” a las elecciones municipales. De hecho, el debate público sostenido por la Izquierda Abertzale y ETA tiene, precisamente, como misión el poder tener representación en los ayuntamientos del País Vasco y Navarra, a partir de 2011.

Debe llamar la atención cómo han interpretado al presidente del Gobierno los medios que apoyan a la Izquierda Abertzale en el País Vasco, porque ellos han considerado que Zapatero ha abierto la veda y ahora todos se apuntan a reconocer que hay movimientos en la propia Izquierda Abertzale. De estas valoraciones tan optimistas se deduce, sin lugar a equívocos, que han recibido un balón de oxigeno que les permitirá seguir adelante.

Efectivamente, la frase de Rodríguez Zapatero ha abierto nuevas expectativas en ese mundo abertzale y, al mismo tiempo, ha sembrado la incertidumbre entre quienes apoyan sin fisuras la política antiterrorista diseñada en los últimos años por Zapatero y ejecutada, tanto desde el Ministerio del Interior por Pérez Rubalcaba como desde el gobierno vasco por Patxi López, con el apoyo de Antonio Basagoiti y su partido, el PP.

Así las cosas, hasta la celebración de las próximas elecciones municipales de 2011 vamos a ver, previsiblemente, muchos movimientos protagonizados por la Izquierda Abertzale, por un lado, y por ETA por el otro. Serán parte de una misma estrategia que tratará de lograr meter a sus concejales y alcaldes en los ayuntamientos. Y para ello hay tres opciones. La primera sería acudir con lo que se conoce como una “marca blanca”, un partido nuevo aparentemente no contaminado por Batasuna. La segunda, mediante las consiguientes agrupaciones de electores que se formarían para cada uno de los municipios en los que se quieran presentar. Y la tercera sería aparecer camuflados en las listas de Eusko Aklkartasuna.

Pero para que alguna de estas opciones se cumpla, Batasuna o la Izquierda Abertzale debe convencer a ETA de que deje de matar o ellos mismos abandonar a ETA. Al menos eso es lo que dice Rubalcaba.