La llegada del supervisor único obligará a cambiar de mentalidad a las entidades de crédito. Acostumbradas a tratar con el Banco de España, los bancos españoles sufrirán un auténtico “choque cultural” cuando se vean obligadas a tratar directamente con el Banco Central Europeo (BCE), tal y como está previsto en el nuevo Mecanismo Único de Supervisión (MUS), según detalló este miércoles Fernándo Mínguez, especialista en Derecho Bancario del bufete Cuatrecasas durante una jornada organizada por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).

Pero ese cambio cultural no vendrá solo de la obligación de tratar directamente con el nuevo supervisor único con sede en Francfort, el BCE. Las mayores entidades con mayor presencia internacional, como Santander o BBVA, sufrirán menos, avanza este experto. Sin embargo, las entidades más focalizadas en España deberán hacer un esfuerzo de adaptación mayor. Además, sufrirán al ver disminuir su peso relativo en el nuevo escenario. “Y es que es muy duro pasar a ser nadie”, subraya.

Por otro lado, al BCE no le gusta el modelo de supervisión que se venía practicando en España. Francfort, en cambio, es partidario de un sistema que mantenga la distancia con las entidades. Y desecha prácticas como el ‘inspector empotrado’ practicado en España.

Dudas sobre el papel del Banco de España

Sin embargo, el Banco de España no pierde todas sus competencias. Según aclara este experto, el supervisor español mantendrá su poder en cuestiones como la conducta con los clientes por parte de las entidades. Pero, a pesar de lo avanzado de los trabajos, no está claro claro el papel del Banco de España como regulador contable. Un función que incluye por ejemplo la fijación del nivel de provisiones en las entidades.

En el nuevo modelo, el BCE va a tener que aplicar en parte legislación nacional. El ejemplo más significativo es la imposición de sanciones, que es competencia nacional. En este caso el BCE indicará a la autoridad nacional la necesidad de multar a la entidad que haya incumplido la normativa. Es decir, aunque el impulso de la sanción partirá de la autoridad comunitaria, serán los jueces españoles los que lo juzguen.

Otro cambios se refiere a la financiación del MUS. El Banco de España no cobra tasas por su labor de supervisión; ya que se financia con sus actividades bancarias (no así el supervisor bursátil, la CNMV). Sin embargo, el nuevo supervisor europeo sí cobrará tasas para costear su funcionamiento. Algo normal en otras partes del mundo. Las entidades mayores – que acumulen más riesgo– pagarán tasas mayores. Y luego las repercutirán a sus clientes, concluye.