Bruselas acepta «una reforma permanente, pero no una revolución»

16/06/2014

Miguel Ángel Valero. José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, reprocha a los euroescépticos que "rayan en la esquizofrenia”.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, hace una defensa cerrada de Europa frente al avance de los euroescépticos y de los antieuropeos. En su intervención en el curso de la Apie, “La Europa que deja la crisis”, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, destaca que “pese a los agoreros, Europa ha demostrado una resistencia extraordinaria” ante unos “cambios y turbulencias sin precedentes”, fruto de la crisis, pero también de “errores del pasado”.

El futuro de Europa es “más integración, no menos”, dar más poder a la Comisión y al Banco Central. “La Unión Bancaria era inimaginable hace unos años. Ha sido una respuesta a la crisis”, argumenta. En esa Europa más fuerte, “las fuerzas centrípetas se han impuesto a las centrífugas”. Y “frente a ciudadanos que dudan de la legitimación de Europa para tomar decisiones, y grupos populistas y extremistas, tanto de derechas como de izquierdas, antieuropeos y contrarios a la mundialización, se necesita más integración europea para hacer frente a la coyuntura y a los cambios geopolíticos y económicos”.
“Europa necesita reformas permanentes, pero no una revolución, que sería en realidad una contrarrevolución, ir hacia atrás”, insiste Durao Barroso, que reclama “no empezar la casa por el tejado”. “El Estado nacional no se suficiente para cubrir las necesidades de los ciudadanos. La vía sensata es otra, plantearnos qué modelo de proyecto común queremos en Europa, qué hacemos juntos y qué por separado”, enfatiza el presidente de la Comisión.
Esto requiere “un debate sobre política y sobre políticas, no sobre instituciones y tratados, y asumir la paternidad de las decisiones”. Porque “Europa tiene un problema cuando los ciudadanos no reconocen los esfuerzos, cuando los políticos nacionales rehúsan avalar las instituciones europeas, defenderlas”,
Durao Barroso recuerda que “las decisiones no se imponen desde Bruselas, las toman los Estados miembros”. “La Comisión Europea propone, pero las decisiones se toman en conjunto”. Pero “los resultados controvertidos siempre se presentan como responsabilidad de Bruselas, y los ciudadanos se vuelven contra Europa”.
La consecuencia es que “Europa no encuentra apoyo definitivo, porque hay proyectos políticos que rayan en la esquizofrenia, y un partido dice una cosa en su país y otra en el Parlamento Europeo, se aprueba algo en el Consejo que luego se rechaza en el Parlamentio”, o al revés.

La legitimidad de los resultados

El presidente de la Comisión Europea defiende “la legitimación de las decisiones basada en los resultados”, porque “lo que los ciudadanos quieren son resultados, reducir el paro y crecimiento económico”. “Es esencial centrarnos en los resultados, y no en debates teologicos sobre Europa”, remacha.
En este sentido, Durao Barroso destaca la “reacción admirable” de España, Portugal e Irlanda, y que “Grecia y Chipre van por el buen camino”, aunque precisa que “algunas economías deben obtener resultados con mayor rapidez”.
Europa debe seguir con las reformas estructurales para ganar competitividad, pero también resolver las diferencias sociales que la crisis ha puesto de manifiesto. Esto lo traduce el presidente de la Comisión Europea en “más cohesión económica, social y de empleo, más responsabilidad y solidaridad, para preservar el Estado del Bienestar, nuestro modelo, y que es un bien muy preciado por los ciudadanos”.
“Debemos demostrar que la fórmula europea sigue funcionando. El ejemplo es España, con sus reformas, aunque hay que luchar contra la lacra del desempleo juvenil. Se trata de lograr un círculo virtuoso de resultados y legitimidad”, insiste Durao Barroso.

Bruselas no es culpable

“Los resultados están ahí, estamos saliendo de la crisis, iniciando la recuperación, aunque siguen los problemas, porque las mejoras económicas no se están traduciendo todavía en empleo”, señala el presidente de la Comisión Europea.
Durao Barroso subraya que “no fue la UE quien creó la crisis, ni la burbuja inmobiliaria, ni la quiebra de las cajas cuando afirmaban que el sistema financiero era el mejor, hubo errores muy importantes de supervisión en España y en otros países que no son culpa de la Comisión Europea ni de Angela Merkel”. “Tampoco fue culpa de la Comisión Europea la quiebra de Lehman Brothers, ni el excesivo endeudamiento tanto público como privado”, añade.
Conclusión: “Tenemos que decir a los ciudadanos que no fue la UE la que creó los problemas, pero tampoco podemos ocultar que la respuesta no fue perfecta ni que se tardó mucho en reaccionar”.

¿Te ha parecido interesante?

(+3 puntos, 3 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.