El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho público un informe final en el que se resumen los trabajos de la red de investigación macroprudencial. Establecida en 2010 por el Sistema Europeo de Bancos Centrales (Sebc), la red constituye “un esfuerzo colectivo que trata de sentar las bases analíticas de las nuevas políticas macroprudenciales en todo el mundo”, explican en el BCE.
La regulación y la supervisión macroprudenciales han sido identificadas por el G-20 como elementos clave para contener los riesgos sistémicos que provocaron la crisis financiera iniciada en el verano de 2007.
La red ha elaborado más de 160 trabajos de investigación individuales y varios proyectos conjuntos, que ofrecen tres conclusiones fundamentales:
1.-Mejora de los modelos macroeconómicos utilizados por los bancos centrales y otras instituciones. Cómo las crisis financieras sistémicas pueden provocar drásticos ajustes macroeconómicos y recesiones que los modelos económicos tradicionales son incapaces de predecir; y cómo las políticas regulatorias macroprudenciales específicas pueden reducir los riesgos sistémicos.
2.-Medición del riesgo sistémico. Desarrollo de herramientas que midan el grado de inestabilidad financiera sistémica en una economía y ofrezcan advertencias tempranas sobre la acumulación de desequilibrios financieros. El resultado es el Indicador Sintético de Tensión Sistémica (Ciss, por sus siglas en inglés) del BCE.
y 3.-Evaluación del riesgo de contagio bancario en Europa, incluido el que se puede producir entre países. Los investigadores de la red, en colaboración con los expertos de sistemas de pago, establecieron una nueva infraestructura de datos para analizar y vigilar la estabilidad del mercado interbancario de la zona del euro. Y se desarrollaron varios modelos y herramientas para evaluar el contagio, la tensión y la fragmentación en los mercados interbancarios.
“El BCE se siento orgulloso de haber ayudado a dirigir este esfuerzo colectivo de los investigadores de los bancos centrales de toda Europa”, afirma su vicepresidente, Vitor Constâncio.
“Junto con los modelos y herramientas que ya se han desarrollado, nos resultaría muy satisfactorio que la profesión económica en general retomara los trabajos iniciados por la red, especialmente sobre los modelos de alerta temprana, y utilizara los marcos que incorporan la inestabilidad financiera en la macroeconomía para evaluar los instrumentos de regulación macroprudencial”, añade el vicepresidente del BCE.