2014 está siendo el año de los drones (aeronaves no tripuladas). En España, el Consejo de Ministros acaba de dar luz verde a una serie de normas para regular su uso hasta que se apruebe la reglamentación definitiva. Hasta ahora, no estaban permitidos para un uso civil con fines comerciales. Con esta regulación podrán utilizarse para «fines científicos, extinción de incendios, filmación y actividades de vigilancia, publicidad aérea y operaciones de emergencia, búsqueda y salvamento», apunta el Ministerio de Fomento. Solo podrán volar en el espacio aéreo no controlado y sobre zonas no pobladas. Y, si pesan más de 25 kilos, necesitarán estar dados de alta en el Registro de Matrícula de Aeronaves y disponer de un certificado de aeronavegabilidad. Quienes los controlen deberán acreditar disponer de licencia de piloto, entre otros requisitos.
En España todavía no se ha producido el boom. Pero fuera ya han invadido el cielo para usos de lo más singulares. Hasta se han infiltrado en el Mundial de Fútbol de Brasil, en uno de los entrenamientos de la selección francesa (el piloto, un aficionado, fue pillado). En Estados Unidos, un dron camarero agasaja a los huéspedes con champán en el hotel Casa Madrona Hotel & Spa de California. Un servicio para la suite de 10.000 dólares por noche (al menos te ahorras la propina al camarero). El hotel explica que una escapada romántica no debe interrumpirse con la presencia humana. En el club Marquee en Las Vegas el dron aterriza con una botella de champán en las fiestas de los que gasten al menos 20.000 dólares en la noche. Un servicio poco práctico a no ser que dispongan de un ejército de drones para servir copas a todos los invitados. ¿Publicidad gratuita para el club?, se preguntaban algunos medios tras ver el vídeo.
Para la promoción lo ha utilizado la firma de cervezas Brahma en colaboración con la agencia de publicidad JWT. Idearon una campaña en Twitter, con el hastag #airbrahma, en la que regalaban latas de cerveza, entregadas por drones, a quienes superaran varias pruebas en las playas de Argentina. Conectar aviones no tripulados con redes sociales se perfila como herramienta de marketing.
¿Y cuando estás en un concierto disfrutando de tu grupo favorito y toca ir a pedir algo de beber? Puede ser una ardua tarea llegar a la barra. La solución, al menos en la última edición del festival Oppikoppi en Sudáfrica, una aplicación, un dron y un paracaídas. Tras realizar el pedido con la app, el ingenio transportaba la bebida hasta el punto exacto gracias al GPS del smartphone. «Es algo casi bíblico que la cerveza caiga desde el cielo», dijo el director del festival vinculando el servicio con el maná del Antiguo Testamento en el que el pan cae del cielo para alimentar a los israelitas en el desierto.
A finales del año pasado, el anuncio de Amazon de realizar las entregas con drones puso a estos aparatos en los titulares de todos los medios del mundo (Amazon Prime Air). Pero solo ha quedado en un experimento. Porque de momento no pueden surcar el firmamento de Estados Unidos. Tampoco podrán utilizarse en Sudáfrica para filmar documentales. La Autoridad de Aviación Civil de Sudáfrica (SACAA) los prohibió el pasado mayo debido a la falta de un reglamento que rija su uso. En OI Pejeta (Kenia), el mayor santuario del rinoceronte negro de África Oriental, planeaban emplearlos para el seguimiento de este animal con el fin de evitar la caza furtiva. Pero el gobierno ha prohibido su uso en el sector privado por considerarlos una amenaza para la seguridad.
https://www.youtube.com/watch?v=7vZzqjKIBNc
La tecnología, de nuevo, va por delante de las leyes. ¿Y si vuelan en interiores? Ahí no hay problema, si se cuenta con la autorización del responsable de la edificación. En esa línea, las aeronaves pilotadas por control remoto se muestran como una nueva herramienta para crear arte. En Nueva York, el conocido grafitero KATSU, ha montado una estructura para fijar esprays al drone y poder pintar cuadros abstractos, en un mano a mano entre la máquina y el hombre. Y si no es para la creatividad, también se está extendiendo para filmar arte, como la espectacular pintura del techo, de Marc Chagall, en la Ópera Garnier en París (imágenes para un documental que se estrenará en septiembre). Unas perspectivas inéditas de la obra y del palacio vía cámara voladora.
Los drones sí están permitidos para un uso deportivo o recreativo. Como los helicópteros teledirigidos de juguete, de hecho se les conoce como quadcopters (los fabricantes más conocidos son Parrot y DJI), cualquiera puede pilotarlos. Algunos han ideado usos de lo más peregrino: pasear al perro. Una idea genial para los más vagos (que tiemblen los paseadores de perros profesionales). El dueño grabó el periplo del animal, y se le ve encantado. Eso sí, a veces parece que el perro pasea al artefacto. Seguro que en la web Travel by Drone se encuentran vídeos tan simpáticos y chocantes como este del can. Todos se han grabado con drones, por aficionados de todo el mundo. Una manera estupenda de conocer rincones de todo el planeta y, de paso, ayudarte a elegir el destino de tus vacaciones.
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