Sortu es el nombre del partido cuyos estatutos presentó Rufi Etxebarría, un histórico con “historia” en el mundo que apoya a ETA. A Sortu se le está mirando por todos lados desde el Ministerio del Interior. Los expertos en información de Policía y Guardia Civil ultiman sus dossieres sobre las conexiones de este nuevo partido con Batasuna, esa Batasuna que es, precisamente, el brazo político de ETA.

Los de Sortu han tenido  la osadía de decir públicamente que se oponen y rechazan a ETA. Incluso Rufino Etxebarría ha asegurado en una entrevista que el ciclo de la lucha armada se ha acabado y que no vamos a ver más atentados. Y no se puede negar que  con estas afirmaciones de “pacifistas desmemoriados” a muchos les han puesto los dientes largos.

Pero a pesar de las osadías de Sortu y de Etxebarría, nadie de ese mundo al que representan ha tenido la valentía de condenar los más de 800 asesinatos de ETA desde su creación, hace ya más de cincuenta años. Ellos saben que ETA no ha dicho su última palabra y que está en tregua pero no se da por derrotada, aunque realmente sus entramados están francamente debilitados.

Por todo lo anterior, el vicepresidente Primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que Sortu no será inscrita en el Registro de Partidos Políticos y ha añadido que su departamento no prevé agotar los 20 días de plazo que tiene para instar a la Fiscalía y a la Abogacía a que acudan al Tribunal Supremo para solicitar que sea declarado heredero de la ilegalizada Batasuna.

Mientras tanto, Sortu y los viejos ocupantes de la mesa nacional de Batasuna han puesto en práctica todo un programa de actividades que les permite unas enormes dosis de propaganda de cara a sus electores. De hecho, por una cosa u otra, la Izquierda Abertzale está casi siempre en la portada de los periódicos y de los informativos de radio y televisión. Ya quisiera Rosa Díez para UPyD al menos un cuarto de la propaganda que obtienen los que se niegan a condenar los asesinatos cometidos por ETA.

Ahora los promotores de Sortu están en el periplo internacional, justificándose y buscando apoyos. Y para ello su abogado mediador Brian Currin es el aliado perfecto. Además, tendrán su manifestación por las calles del País Vasco y trabajan intensamente entre los partidos democráticos  que tienen representación en el Parlamento Europeo… Veremos lo que consiguen.

Pero la solución a sus pretensiones actuales se encuentra en el Tribunal Supremo. Y si no lo logran, en el Constitucional. Porque si el Supremo les dice que no, tienen que despedirse de a las elecciones municipales y poner en práctica su “plan B”, ligándose a Eusko Alkartasuna para estar en los ayuntamientos.

Aunque no desestimemos a día de hoy lo que dicen algunos, como el propio secretario general de los socialistas vascos, Jesús Egiguren, que se ha mostrado convencido de que el nuevo partido de la Izquierda Abertzale podría pasar el filtro del Constitucional y llegar con tiempo suficiente a las elecciones autonómicas.

Pero eso sería en el año 2012 y hasta entonces sabremos sobradamente lo que opina ETA de toda esta historia.