La asociación empresarial del seguro Unespa ha analizado, dentro de la Memoria Social, los siniestros atendidos por las pólizas de asistencia en viaje entre octubre de 2012 y ese mismo mes de 2013. El análisis no incluye las asistencias ligadas a los trayectos en automóvil. Y demuestra que el 56% de los incidentes se deben a problemas de salud: 38,6% a enfermedad y 17,3% a accidentes. Los casos de robo o pérdida de equipaje apenas representan el 3,8% de las incidencias.

La asistencia médica es la principal prestación (39,7%) que realizan las aseguradoras. Las indemnizaciones suponen el 35,8% y se centran en cancelaciones de viajes, pérdidas de equipaje y losrobos de maletas y de objetos de valor.
Los ciudadanos de la Comunidad de Madrid, Cataluña, Baleares y País Vasco son los que más se aseguran cuando viajan. Los expertos de Unespa ligan este dato al mayor PIB per cápita de estas regiones en comparación con el resto del territorio español. Y a “una mayor sensibilidad hacia la contratación de seguros existente entre las capas de población con un poder adquisitivo más elevado”.
Otros factores que influyen en la contratación de las pólizas son la distancia y la sofisticación del viaje, ya que es más común el aseguramiento para los desplazamientos a destinos lejanos o exóticos.
Algunas prestaciones que reciben los asegurados varían según la época del año. Es el caso del robo y de la pérdida de equipaje, se dispara en los meses de junio, julio y agosto, en los que son más frecuentes los desplazamientos en avión.
Los accidentes, en cambio, tienden a mostrar una tendencia estable a lo largo del año. Sin embargo, hay destinos que muestran la existencia de un patrón estacional claro. Los asegurados que viajan a Andorra tienden a presentar un mayor número de partes entre diciembre y marzo, reflejo de los accidentes que se producen en la práctica de deportes de montaña, como el esquí.
“El seguro de Asistencia se distingue por ser un producto particularmente asequible. Esto es posible porque, por lo general, la mayor parte de los siniestros conllevan el pago de importes igualmente modestos. De hecho, la mitad de los incidentes tienen un coste unitario de unos 200 euros”, señalan en Unespa.
Sin embargo, esa misma póliza de viaje es capaz de proteger al asegurado de siniestros de gravedad considerable y de los elevados gastos que conllevan. Un percance fuera del domicilio puede llegar a costar más de 95.000 euros. La prestación que puede llegar a ser más onerosa es la asistencia médica en el extranjero, con 65.000 euros. El traslado de los viajeros de vuelta a España puede suponer un pago de 63.000 euros.
Los españoles que visitan Estados Unidos suelen contratar un seguro de asistencia en viaje, precisamente para evitar esos elevados costes.

En Cataluña, más peso

Uceac, la rama catalana de Unespa, ha analizado 10.686 siniestros. Las actuaciones ligadas a enfermedades sobrevenidas representan el 34,2%, y los accidentes, el 37,1%. El robo o pérdida de equipaje, el 4,6%.
Las lesiones por accidente son más habituales en los meses de invierno, por la práctica del esquí y otros deportes de montaña en los Pirineos. El robo o pérdida de equipaje suele coincidir con las vacaciones veraniegas, cuando los desplazamientos en avión son más habituales.
Dentro de la región destaca el peso de Barcelona. El 80,5% de los asegurados que dieron un parte residen en esta provincia, frente al 11% de Tarragona, el 5,2% de Girona y el 3,3% de Lleida. Mientras la siniestralidad de los residentes en Barcelona, Girona y Lleida aumenta en los meses de verano, el número de incidentes sufrido por aquellos asegurados que viven en Tarragona se dispara entre diciembre y febrero, coincidiendo con la temporada de esquí.

El coste del 90% de los percances sufridos por los asegurados se encuentra por debajo de los 1.200 euros. Sin embargo, solventar un siniestro grave ocurrido durante un viaje puede suponer el pago de casi 28.000 euros. Los desplazamientos al resto de España son los más comunes durante el conjunto del año, ya sea por viajes de negocios o por ocio. La presencia de Andorra como destino turístico destaca en los meses de invierno y otoño, en clara sintonía con la práctica de deportes de montaña. En primavera y verano los residentes en Cataluña prefieren visitar países de la Unión Europea o Estados Unidos.