Las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas deben consolidar sus relaciones económicas de importación con las economías alejadas de la Unión Europea, según el análisis “Participación pymes y grandes empresas europeas en el comercio internacional de bienes”, realizado por César Martín Machuca y Cristina Rodríguez Llorens, del Servicio de Estudios del Banco de España y publicado en su Boletín Económico de julio. El informe resalta que la base importadora supera ya los niveles alcanzados antes de la crisis.

En España sobresale el peso de las grandes empresas en las importaciones extracomunitarias, mientras las pymes deben reforzar sus lazos comerciales directos con estos mercados. Las empresas de menos de 250 trabajadores centran su actividad importadora en los intercambios intracomunitarios, frente a la participación importadora de las grandes empresas en mercados distintos a la Unión Europea, que oscila entre el 40 % y el 50 % del total.
El informe resalta que las importaciones tienen efectos positivos sobre la calidad y eficiencia del tejido productivo en España, ya que permiten acceder a bienes de mayor calidad que los nacionales y a innovaciones tecnológicas no aplicadas en el mercado interior.
La base importadora española no ha dejado de aumentar desde el 2000, con la excepción de las caídas registradas en los peores años de la crisis (2009 y 2012). El número de empresas importadoras se situó en 210.369 en 2013, superando los niveles anteriores a la crisis. Y las importaciones han empezado a revitalizarse a lo largo del pasado ejercicio, conforme la demanda interna privada empieza a recuperarse.

Demanda interna, antes de lo esperado

Los expertos del Servicio de Estudios del Banco de España enfatizan que el sector exterior ha sido el principal soporte de la actividad económica en España durante la crisis. Y que durante la salida de la crisis, el patrón de crecimiento en la economía española está «basculando» hacia la demanda interna de forma «algo más anticipada de lo esperado».
«Las compras al exterior se están recuperando por encima de lo previsto», mientras que las ventas están condicionadas por la desaceleración de los mercados emergentes, con lo que su dinamismo se ha moderado.
En el sector exportador, el análisis de los expertos del Servicio de Estudios del Banco de España considera que tanto la base como la intensidad exportadora del tejido empresarial español se sitúan en una posición intermedia dentro del grupo de los principales socios de la Eurozona. Eso sí, «significativamente» por debajo de los porcentajes alcanzados por Alemania.