La entrada de España en la UE cambió muchas cosas en nuestro país, vaya que sí, y una de ellas fue la elaboración del aguardiente. Hasta entonces, la destilación del aguardiente se hacía sin seguir ningún tipo de control pero la incorporación a la UE significaba tener que crear unos espacios en los que la elaboración del orujo se sometiera a controles y por supuesto, al pago de impuestos. Cuando Carmen Gómez se percató de que el orujo de su comarca, en Cantabria, corría riesgo de extinguirse por esta nueva normativa, decidió crear, en 1986, Orujo de Liébana. En un principio, como explica su hija Isabel García, iba a ser una cooperativa para los distintos elaboradores de aguardiente de la comarca y al final, acabó siendo una empresa privada y la primera en España en hacer orujo de forma legal tras la entrada en la UE. Un año después, en 1987, se presentaba en Fitur el primer orujo legal del Valle de Liébana, en Cantabria.
“Nuestro orujo fue el primero en salir al mercado de forma legal, ya que los gallegos consiguieron una moratoria de la UE de tres años para adecuarse a los cambios”, cuenta García.
Carmen, que hoy tiene 70 años, fue la fundadora de la empresa y para aprender cómo adaptarse a las nuevas normas no dudó en viajar a distintos países para visitar, de primera mano, destilerías. Además, se encargó de replantar y recuperar viñas de Mencía y Jerez que ahora utilizan para elaborar el orujo. Este se elabora en las alquitaras, que vienen a ser el embrión del alambique, más popular: “Es lo que siempre se ha utilizado en Liébana. La palabra viene del árabe “al-gattara”, que significa la que destila. Es de cobre y tiene tres partes, la caldera, la pieza de unión que es por donde sube el vapor de la caldera a la copa, y finalmente, la copa”, aclara. Necesitan de una hora para obtener un litro de orujo.
En la empresa actualmente trabajan seis personas, cifra que se triplica en época de destilado. Tienen una capacidad productiva de hasta 100.000 litros. Venden en toda España a través de tiendas gourmet y vinoteras: “Tenemos buena implantación en media-alta hostelería, estando presentes en más de 20 restaurantes de la Guía Michelín”, añade García. De hecho, Arzak o Berasategui son algunos de sus clientes. También exportan una pequeña parte de su producción, a Japón y Suecia concretamente. Entre sus próximos proyectos están los de afianzar las exportaciones, rejuvenecer la marca y sacar al mercado una línea de aguardiente y de licor ecológicos. ¿Sus referencias más vendidas? El aguardiente de orujo y el licor de té que se hace con té de roca que se recoge en Picos de Europa a partir de 750 metros de altitud.
Y como curiosidad, cada botella de sus delicias supone 5 euros de impuestos. Toda una alegría para Hacienda.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.