Los cuatro mayores bancos españoles, Santander, BBVA, Caixabank y Bankia, han ganado 4.820 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone un recorte del 20,54% respecto al mismo periodo de 2013, debido especialmente a la ausencia de plusvalías y a diversos extraordinarios.

La entidad cuyas ganancias han experimentado un mayor retroceso en estos seis primeros meses ha sido BBVA, que ha reducido su beneficio un 53,9%, hasta los 1.328 millones de euros, por la ausencia de operaciones corporativas. Sin tener en cuenta este aspecto en la comparativa anual, el beneficio del banco creció un 11,7% en el semestre, hasta situarse en 1.544 millones de euros.

El banco ha destacado que su cuenta de resultados se ha visto favorecida por un descenso gradual del volumen de saneamientos crediticios e inmobiliarios.

Tampoco ha sido un buen semestre para Caixabank, que ha visto cómo su beneficio ha caído un 25,3%, hasta los 305 millones de euros, por diversos extraordinarios, «básicamente, el registro de la diferencia negativa de consolidación de Banco de Valencia y los requerimientos del Real Decreto Ley 18/2012″.

Santader, primero en ganancias

En este contexto, ha sido el Banco Santander la entidad que ha encabezado el ranking de ganancias, con un beneficio neto de 2.756 millones de euros, un 22% más que hace un año.

Su presidente, Emilio Botín, ha afirmado que la evolución del primer semestre de 2014 confirma que el banco ha retomado la senda de la recuperación de los resultados previos a la crisis, para lo que ha sido «determinante» la diversificación geográfica del Grupo.

La sorpresa de este semestre la ha dado Bankia, entidad que, una vez superado su proceso de reestructuración, ha conseguido alcanzar un beneficio de 431 millones de euros, un 48% más que el mismo semestre de 2013 sin incluir el efecto del préstamo subordinado otorgado por Banco Financiero y de Ahorros (BFA).

El presidente de la nacionalizada, José Ignacio Goirigolzarri, ha apuntado que estos resultados «son especialmente relevantes tras el esfuerzo de reestructuración acometido por el banco, que consigue elevar sus ingresos con una red de distribución notablemente inferior».