Quienes los han probado dicen que son una absoluta delicatessen que viene a fundirse en la boca. Además, los fabrican siguiendo una receta ancestral, que guardan con celo al más puro estilo de la fórmula de la Coca-Cola… Nos referimos a los Hojaldres Tudanca, que empezaron a fabricarse en 1879 en Burgos y en Aranda de Duero, en 1914. “Hablamos de una receta con más de cien años que la familia Tudanca ha guardado en su obrador de pastelería”, comenta Jesús Tudanca.

El hojaldre elaborado puede comprarse únicamente en algunas pastelerías de Burgos pero gracias a un acuerdo a nivel nacional con distintos restauradores, también puede degustarse en restaurantes de renombre como Coque, del chef Mario Sandoval, Pedro Larumbe, Asador Donostiarra, Puerta 56… Eso solo en Madrid, pero en España cuentan con muchos más clientes a los que están vendiendo desde hace cuatro años.

La masa preparada, y respetando la receta original, llega congelada a los clientes que las suelen utilizar en platos dulces pero también, salados: “Solo es necesario seguir las recomendaciones de nuestro obrador para recuperar las delicadas y crujientes láminas del hojaldre”, añade Jesús.Cierto: porque hojaldres conocemos muchos, pero excelentes, ya no hay tantos. ¿Cómo se consigue fabricar uno tan bueno? “Pues con mucho tiempo de elaboración y con muy buenas materias primas”, afirma.

Como no solo de hojaldres vive el hombre, la empresa burgalesa, en la que trabajan 120 personas (únicamente seis están en la cadena de elaboración del hojaldre), ha diversificado el negocio y cuenta con varios hoteles, restaurantes y además, elaboran vinos para la Denominación Ribera Del Duero. Esto es lo que se llama no poner todos los huevos en la misma cesta…