Tres mil cuatrocientos militantes y ocho mil seiscientos simpatizantes del PSC están llamados este sábado a una consulta para decidir el candidato a la alcaldía de Barcelona. Estas primarias, lejos de movilizar al electorado ha servido para profundizar la crisis del partido. Por un lado el actual alcalde, Jordi Hereu tiene el firme apoyo de la federación socialista de Barcelona (que es la que vota), sin embargo todas las encuestas señalan que tendría una derrota contundente en las elecciones municipales. Su valoración entre los barceloneses es muy baja.
Su rival, Montserrat Tura, es la candidata que se presenta por libre pero que cuenta con su prestigio personal, una buena imagen de “consellera efectiva” y la complicidad de una parte importante de la cúpula del PSC pese a su neutralidad formal. No es que sea una persona afín a la actual dirección, al contrario, sin embargo es la dirigente que les ofrece mayores garantías electorales, e incluso puede inquietar la victoria del candidato convergente Xavier Trias (que por cierto augura una victoria en las primarias de Hereu).
El actual alcalde ha asegurado que su objetivo político es mantenerse en la alcaldía e insiste que “se la juega por Barcelona”, aunque también señala que si no logra este objetivo se retirará de la política activa.
Sin embargo el periodo de primarias ha servido para transmitir la urgente necesidad que el PSC de una profunda remodelación de su dirección. Su gestión está amortizada y su futuro inmediato es perder el poder municipal del que han disfrutado en Catalunya los últimos y no sólo la ciudad de Barcelona. Ante este panorama empiezan a “ofrecerse” como candidatos para la futura dirección del partido relevantes cargos municipales. Rompió fuego el actual alcalde de Lleida, Àngel Ros, y le siguieron el de Vilanova i la Geltrú, Joan Ignasi Elena, el de Tarragona, Josep Félix Ballesteros y el de Terrassa Pere Navarro. En la recámara el actual presidente del grupo parlamentario Joaquim Nadal, e incluso podría entrar en este juego Miquel Iceta. Otra persona que no ha ocultado sus aspiraciones para este puesto es la propia Montserrat Tura, cuya figura quedaría potenciada caso de ganar las primarias y obtener un resultado digno en las elecciones municipales.
Ante esta situación no es extraño que Artur Mas haya ordenado que tanto desde el Govern como desde el partido traten a los socialistas con guante blanco. Al fin y al cabo a CiU le interesa mantener una relación cordial con el principal partido de la oposición y los últimos días se habían producido no pocos roces.
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