Mes de despedidas de dos de los hombres más influyentes de España. Primero, Emilio Botín, y el mismo día del fallecimiento del banquero español con reconocimiento mundial era ingresado en el hospital el presidente del grupo El Corte Inglés, Isidoro Álvarez. Cuatro días después también ha fallecido, casi de forma sigilosa como fue su vida; una vida presidida por el trabajo que le encumbró como uno de los empresarios más importantes del país, pero alejado de las flashes, los rumores o cualquier tipo de comentarios.

Isidoro Álvarez es uno de los empresarios españoles forjados a base de trabajo, ese puñado de emprendedores que ha sido capaz de crear un gran grupo, generado grandes beneficios, también para el país, y creado miles y miles de empleos.

Nacido en la localidad asturiana de Borondes en 1935, a los 18 años se trasladó a Madrid para cursar estudios de Económicas y Empresariales, al tiempo que trabajaba en la empresa de su tío, Ramón Areces. Conoció la empresa desde abajo, pasando por la mayor parte de sus departamentos. En 1957 se licenció con el premio extraordinario de carrera.

Tras ocupar diversas direcciones en empresas filiales del grupo familiar como Induyco y Móstoles Industrial, fue designado consejero-director general de El Corte Inglés, cargo que ocupó hasta 1989. En esta época también simultaneó también cargos de dirección en el grupo Construcciones y Contratas (FCC) con la que la cadena de establecimientos mantenía estrechas relaciones.

En 1989, cuando fallece su tío Ramón Areces (heredero de la empresa constituía por su tío César Rodríguez, venido de la Habana Vieja), el consejo de administración de El Corte Inglés le nombra presidente y consejero-director general de la compañía, además de presidente de la Fundación Ramón Areces.

Al hacerse cargo de la empresa, Álvarez apostó por una política firme de desarrollo con la que logró la expansión de la compañía haciéndola la más grande del sector de la distribución, con presencia en la restauración, agencias de viajes, seguros o haciendo que en España ya sea primavera, que el cliente siempre tenga la razón, comprar a plazos con una tarjeta o devolver el artículo si no queda satisfecho. Otra estrategia fue la diversificación creando nuevas marcas y logrando tener presencia en el extranjero (Italia o Portugal, entre otros países).

Uno de los mayores logros de Isidoro Álvarez fue comprar Galerías Precias (antigua Sederías Carretas), fundada por su primo Pepín Fernández, que se vio arrastrada por la caída de Rumasa.

Isidoro Álvarez deja un legado de 81 centros en toda España y dos en Portugal, además de 31 centros Hipercor, 5 Bricor, 88 Supercor, 187 Opencor, 4 Supercor Express, 71 tiendas Sfera y 108 Ópticas 2000. Su actividad comercial genera 13.000 millones de euros anuales y mas de 1,5 millones de trabajadores y autónomos vinculados a la cadena de distribución.

 

Tantos años de trabajo y trayectoria brillante le hicieron acreedor de numerosos premios, como el de Empresario del Año (1989), premio Juan Lladó (1995) por su actividad de mecenazgo; Mejor Empresario del Año (2002) de la revista Actualidad Económica; en 2004 la Academia de la Historia le entregó su medalla de oro; un año después los comerciantes de Nueva York le otorgaron la categoría de mejor empresario del año de la National Retailer Federation.

Poco dado a estar en la primera fila de los medios de comunicación, sin embargo era habitual verlo en sus establecimientos donde paseaba de incógnito para conocer la marcha del negocio. Sin embargo era muy celoso de su vida privada.

Todo apunta que con su marcha será su sobrino, Dimas Rodrigo Gimeno Álvarez, quien le suceda al frente de la compañía. La crisis ha hecho mella también en El Corte Inglés, al retroceder en ingresos y beneficios, y pendiente del crecimiento del consumo que traerá la recuperación económica. Pese a este retroceso, el grupo continúa siendo el líder de Europa de la gran distribución, por delante de compañías como Marks & Spencer, pese a que le sigan los talones grupos como Inditex o Mercadona.