Febrero loco

21/02/2011

diarioabierto.es.

Estos días hemos tenido la oportunidad de recordar con grandes alardes tipográficos  en los periódicos de papel y digitales dos de los más importantes hechos ocurridos en la conocida “Transición Española”. Cumple treinta años ya el intento de “golpe de Estado” del 23 F y el propio Ruiz Mateos se ha encargado de recordarnos la expropiación de Rumasa, que ocurrió hace 28 años. Y qué casualidad, también un 23 de febrero.

Los avances y los ataques que sufrió la democracia española surgida tras la muerte de Franco ya son historia. Para muchos, una historia vivida, cada uno a su manera, y para otros tantos es la historia de sus padres y sus abuelos.

Efectivamente. Hoy, en  febrero de 2011, conviven en nuestro país millones de españoles que tienen menos de treinta años. Todos y cada uno de ellos pueden documentarse sobre lo ocurrido el 23 F de 1981 de múltiples maneras. Pueden preguntar a sus mayores o quizá acudir a los libros y además tienen a su disposición las hemerotecas para recibir información contrastada y tener una idea bastante certera de lo que ocurrió.

A día de hoy, poco se nos puede aportar a lo ya conocido sobre el intento de golpe de Estado, salvo comentarios o declaraciones más o menos forzadas de protagonistas y expertos investigadores. Hasta se acaba de estrenar una película. Pero no nos engañemos, porque ya hay una generación a la que no le suena casi nada el 23 F . Afortunada o desgraciadamente, según se mire.

Incluso, puede que a mucha gente le extrañe saber que el personaje más conocido de aquel 23 F de 1981, Antonio Tejero Molina, esté ya en libertad. Pues si, ya cumplió  hace unos cuantos años con la Justicia y lleva una vida absolutamente normal. Y como todos los de su edad, pasa largas temporadas en la costa y pasea con sus hijos y nietos. Pero Tejero es un total desconocido para esa generación de españoles que tiene menos de treinta años.

No ocurre lo mismo con Jose María Ruiz Mateos, el presidente de la vieja Rumasa, expropiada en 1983, y de la Nueva Rumasa, al borde de la quiebra en 2011. Ruiz Mateos acapara con sus empresas unas deudas millonarias que han sembrado grandes dosis de miedo entre sus más de 5.000  inversores y que mantienen angustiadas a las 10.000 familias de  los trabajadores que integran las plantillas de sus principales industrias afincadas en nuestro país.

El 23F de Tejero ya es historia, pero el febrero loco de 2011 de Ruiz Mateos todavía no ha terminado. Incluso está en vilo la plantilla de futbolistas del Rayo Vallecano, presidido por Teresa Rivero, la esposa de Ruiz Mateos.

Seguro que más de un miembro de esa plantilla del Club vallecano, cuya deuda se valora en más de 20 millones de euros,  está soñando con uno de esos jeques árabes plagados de dólares como los que han comprado el Málaga o el Rácing de Santander. No olvidemos que, pese a la pésima situación económica, el Rayo está en puestos de ascenso a Primera División.

En fin, cosas del  febrero loco…

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