Elvyn y Swan Lake

24/02/2011

Luis Picabia.

El “subidón” de Elvyn.

Los canadienses se estrenan a lo grande.

Hay títulos de discos que no tienen nada que ver con su contenido. Como pasó con “Failure”(“Caida”) de The Posies, sucede con “ The Decline” (“El Bajón”) flamante primer álbum del cuarteto canadiense Elvyn, que se estrena a lo grande con 11 perlas en forma de canciones y que provoca “subidón” en los seguidores del pop exquisito.

En contra del título, el disco entusiasma desde el primer segundo. Basta escuchar las guitarras de “Those Were the Days” para saber que estamos ante unos señores que han escuchado sin descanso a Teenage Fan Club, George Harrison y pop escocés. Guitarras cristalinas y compactas. Voces compenetradas, horneadas, redondas con reminiscencias de Stone Roses sin aparcar los influjos de Uncle Tupelo y Son Volt, ya que para algo son canadienses.

No hay una sola canción que haga declinar el nivel del álbum, pero si hay que destacar alguna, se destaca. Por ejemplo “ I´ll Come Back” , levemente trotona; “Lotta Lies” con su sabor a Byrds o “The Big Bay”. Son todas tan buenas que estás deseando que hagan algún paréntesis para no sucumbir ante tamaña belleza.

Sello: Little Wagon. Music. Precio: 16. Influidos por: TFC, Byrds, George Harrison.

Swan Lake, encanto y glamour

El supergrupo nada en aguas de los setenta.

Los tres componentes de Swan Lake forman parte, por separado, de grupos importantes dentro del pop-rock alternativo. Además tienen en común su amor por el glam-rock de los setenta y colocan en pedestales a David Bowie, Steve Harley y Nikki Sudden. Han editado un disco, “Enemy Mine”, cargado de esos aires que transmiten encanto y sugieren glamour misterioso.

Cuando coge el protagonismo Dan Bejar, miembro también de New Pornographers y Destroyer, hay riadas de pop sensual y perezoso. Eso se pone de manifiesto en la mejor canción del álbum ,“Heartswarm”, sencilla y contagiosa. Cuando es Spencer Krug , de Wolf Parade, quien manda, lo que se nos viene encima es un alud de rock emotivo e intenso, donde las inflexiones vocales a lo Bowie brotan permanentemente.

Si es Carey Mercer, que está también en Frog Eyes, el que toma las riendas del asunto, emergen del lago folk y rock setentero. Como sucede en “Paper Lace”, una sabia combinación de raíces festivas y folklóricas europeas con pinceladas electrónicas. Una delicia. Como lo es todo el álbum.

Sello: Houston Party. Precio: 12. Discografía: “Beast Moans”, “Enemy Mine”.

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