Repsol triplica su beneficio gracias a Brasil

24/02/2011

Salvador Arancibia. La depreciación del euro respecto al dólar, la subida del precio del petróleo y la entrada de la china Sinopec con el 40% en Repsol Brasil han hecho posible que Repsol obtuviera un beneficio neto de 4.693 millones de euros en 2010, tres veces más que en 2009. Sin la operación de Brasil el beneficio habría sido de 2.360 millones.

El año pasado puede calificarse de muy bueno para Repsol. La cara del presidente de la compañía, Antoni Brufau, al presentar los datos lo demostraba a pesar de la tensión que la compañía mantiene porque aún quedan trabajadores de la misma en los pozos del desierto de Libia a los que tratan de sacar de allí por todos los medios.

El euro se depreció un 5% en 2010 respecto al dólar y el precio medio de la cesta de crudos de Repsol se situó en 74 dólares por barril, 10 dólares más que hace un año, aunque se mantuvo por debajo del precio medio del Brent. También la cesta de gas de Repsol tuvo una tendencia al alza a lo largo del pasado año. Estos dos factores contribuyeron decisivamente al fuerte crecimiento de los beneficios de Repsol en el área de exploración y producción  y también en la división argentina agrupada en YPF. En realidad, todas las grandes áreas de actuación de Repsol han tenido elevados crecimientos de sus resultados contribuyendo al resultado final.

Sin duda, la entrada en Repsol Brasil de Sinopec, a través de una ampliación de capital, constituye el elemento más importante del fuerte crecimiento de los beneficios en 2010, algo que no se repetirá en este ejercicio, al menos con esa intensidad. La mitad del beneficio neto total se debe a esa operación.

El presidente de Repsol anunció que la compañía repartirá un dividendo de 1,05 euros por acción con cargo a 2010, igualando la cantidad de 2008 y superando el bache que registró en 2009 cuando los beneficios de la compañía se redujeron en torno a un 25%. De esta forma, los principales accionistas de Repsol (Sacyr, la Caixa y Pemex) pueden estar satisfechos de la vuelta a los buenos resultados de su participada. Brufau señaló que lo razonable sería que los dividendos crecieran en el futuro en torno a los dos dígitos.

Brufau señaló que se han cumplidos los objetivos del plan estratégico, con un 3% de aumento de la producción, una tasa de reemplazo de las reservas superior al 110%, la inversión desarrollada en las refinerías de Enpetrol y Cartagena, el crecimiento de los resultados de YPF, y la finalización de desinversiones consideradas no estratégicas que se llevaron a cabo el año pasado.

En relación con los problemas políticos surgidos en el norte de África, Brufau señaló que, en primer lugar, lo que le preocupa es que aún quedan trabajadores de Repsol en Libia y que están haciendo lo posible por sacarles del país y que esa es la razón por la que han estado callados estos días.

“Libia”, dijo Brufau, “no es un problema desde el punto de vista económico para la compañía”. Ni para España en el sentido de que pueda haber problemas de abastecimiento. “El petróleo no tiene patria”, afirmó, y si no puede venir de Libia vendrá de otros países. Pero si señaló que si la tensión continúa, y por lo tanto el precio del crudo sigue subiendo, “será un problema no solo para España sino para todas las economías del mundo”. ¡Ojalá el precio del barril vuelva a los 85/90 dólares porque eso significará que la situación política se ha tranquilizado!”, añadió porque “no queremos ganar dinero porque haya una guerra”.

Brufau dijo estar de acuerdo con todos los planes de ahorro energético que se pongan en marcha, siempre que se traduzcan en hechos concretos y no se queden en palabras. “El mejor barril de petróleo es el que no se consume”, señaló.

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