El escándalo de las tarjetas de crédito en Caja Madrid reabre la polémica sobre el papel de los representantes de los sindicatos en estas entidades financieras. UGT y CCOO tratan de salir lo más airosos posible del asunto, asumiendo que va a tener un coste de imagen para las centrales sindicales. Los dos grandes sindicatos arrastran ya varios escándalos similares en cajas de ahorro, además de los generados por la utilización indebida de los cursos de formación en Andalucía, entre otros casos.

El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, declara que el sindicato ha exigido «explicaciones» a sus consejeros en Caja Madrid y les reclama «información veraz». UGT actuará en consecuencia si se detectan comportamientos que no se atengan a la legalidad o no ajustados al código ético del sindicato.

Ferrer quiere dejar muy claro que la Comisión Ejecutiva confederal del sindicato desconocía «completamente» la existencia de una tarjeta para consejeros y directivos de Caja Madrid. «Aquellas personas del sindicato que han estado en órganos de Caja Madrid evidentemente son las responsables. UGT desconocía el asunto y ellas son las responsables», insiste

El secretario de Acción Sindical de UGT ha pedido a la Justicia aclarar «de forma rápida» el uso de tarjetas de Caja Madrid por parte de los consejeros, y resalta que los representantes del sindicato se han puesto ya a disposición de los jueces.

Por su parte, CCOO abrirá una investigación interna para dilucidar si los representantes del sindicato en Caja Madrid utilizaron las tarjetas respetando la legalidad y los principios éticos «elementales», pero precisa que hasta la fecha no le consta un uso indebido de éstas.

El secretario de Organización de CCOO, Fernando Lezcano, señala que pedirán explicaciones a los consejeros por la existencia de las tarjetas, y para dirimir si han hecho un uso ético de éstas. En función de la información que reciban, el sindicato «actuará» en consecuencia».

Lezcano garantiza que la justicia «tendrá toda la colaboración que demande» por parte del sindicato. «Hemos hecho una mínima exploración y la respuesta que se nos da es que estos recursos se utilizaban en los gastos de representación que genera la propia actividad. Las consecuencias las derivaremos en función de lo que averigüemos», precisa.

«Hay que hacer compatible la legalidad y la ética», insiste CCOO, que pide a la justicia que actúe con «celeridad y diligencia», al tiempo que ofrece a ésta toda su colaboración.

El sindicato comprobará si sus consejeros en Caja Madrid y en Bankia han respetado los principios éticos «con los que toda persona afiliada a CC.OO. debe estar comprometida».

La dirección confederal de CC.OO. ha considerado que la reflexión que debe hacerse no afecta solamente a las cantidades económicas que las tarjetas permitían utilizar para «gastos de representación» a cada uno de los consejeros, sino que también hay que preguntarse igualmente por la naturaleza de ese medio de pago y por el control que ejercía Caja Madrid y, posteriormente, Bankia de su uso.

«Porque lo que a juicio de la entidad fue un uso legal, podría vulnerar con mayor o menor frecuencia los principios éticos más elementales», señalan en el sindicato.