Caja España-Duero busca nuevas fusiones o colaboraciones

25/02/2011

Maite Vázquez del Río. El consejo de administración de la caja castellano-leonesa ya ha analizado los contactos que se están manteniendo con entidades españolas.

Como viene rumoreándose en el sector bancario desde que el Gobierno diera a conocer su plan para reforzar el sistema financiero español, se esperan más fusiones de cajas de ahorros antes de que se cumpla el plazo de septiembre, en que las entidades –bancos y cajas- deberán demostrar un capital básico (core capital) de cómo mínimo el 8%. De esta forma ya ha llegado la primera aproximación a una operación: Caja España-Duero.

Del fuerte proceso de reestructuración vivido en 2010, el mapa de las cajas de ahorros pasó de 45 a 17 entidades, volveremos a asistir en 2011 a los últimos coletazos. Se fusionaron de norte a sur y de este a oeste, sin importar ya la región donde estaban ubicadas. Y a la vista de los casi 20.000 millones de activos tóxicos que aún tiene el sistema financiero, esas 17 cajas podrán quedar en la mínima expresión, más aún cuando ya están creando bancos y saldrán poco a poco a cotizar en Bolsa.

De Caja España-Duero poco se puede decir hasta el momento, aunque no parece que haya sido una de las fusiones con más éxito y, dado su tamaño, ni con mucho futuro si se queda como está. Hasta el alcalde de León y consejero de la entidad, Francisco Fernández, ha reconocido este viernes que la caja “busca fusiones o colaboraciones con otras cajas o bancos”.

Otra de las razones por las que no parece que la fusión haya dado los resultados esperados es el mensaje lanzado por Francisco Fernández para tranquilizar a los clientes y trabajadores de la entidad. Si todo marchara bien no hubiera sido necesario, pero el consejero ha recalcado que no existe “inestabilidad ni riesgo”.

El consejo de administración de la entidad, reunido este jueves, analizó los contactos que se están manteniendo con distintas entidades españolas y dio su visto bueno para que se siga trabajando en esta dirección con el objetivo de encontrar la “mejor situación posible” para la caja castellano-leonesa.

Asimismo, una vez analizados los requisitos del Gobierno y del Banco de España, la caja confirma que necesitará 500 millones de euros para no depender de otras entidades o llegar a pedir esa cantidad al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Francisco Fernández, en este sentido, se ha mostrado confiado en poder alcanzar el nivel de solvencia exigido a tiempo para evitar ser controlada.

Por este motivo, Caja España-Duero se guarda como último recurso acudir al FROB, ya que de momento la situación de la entidad es de “estabilidad”, y no tiene ningún problema financiero, aunque debe buscar la solvencia requerida por las nuevas condiciones del Gobierno. Es en este punto donde la entidad contempla como mejor solución una fusión con otra entidad para ganar en solvencia y tamaño.

{destacado}Entre los expertos que han augurado nuevas fusiones se encuentra Luis De Guindos, el director del Centro de Sector Financiero de PwC e IE Business School, que como publicaba este jueves diarioabierto.es, pronostica una segunda ronda de fusiones, incluso antes del próximo 10 de marzo, justo el día en que el Banco de España va a hacer públicas las necesidades de capital de las entidades que no cumplan hasta el momento los requisitos que se exigirán en septiembre.

Mostrar la solvencia de la entidad, en estos momentos, es de vital importancia para que los inversores les confíen su dinero; como también lo es que su tamaño sea mayor. Pero esa confianza también pasa por ser lo más transparentes posible, y dar conocer hasta el último céntimo su exposición al ladrillo y todos los riesgos asumidos por cada entidad, incluso con el sector público.

El ex secretario de Estado de Economía del PP también consideraba que la intervención del Estado en una entidad debería ser la “última opción” por los efectos que tendría sobre la imagen de España en el exterior, además del coste de deuda pública que acarrearía esa intervención, pese a que se deba devolver el dinero en un plazo máximo de cinco años.

Además, se deberá estar atento a que haya una adecuada valoración de los activos, dado que puede haber pérdidas no reconocidas en el balance, que si se eleva el core capital sería inútil de “destapar”. En definitiva, las entidades deben buscar su saneamiento, siendo transparentes con todos sus datos. La segunda parte, sería alcanzar el capital básico exigido, que le sería mucho más fácil de encontrar si con su transparencia se ha ganado la confianza de los inversores.

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