De vinos con el rey

21/10/2014

Carmen Duerto. El rey Juan Carlos se ha desplazado a Logroño para reinaugurar las instalaciones de Marqués de Murrieta, después de una década de restauración.

Señor, ¿cómo está? Muy mal ya me veis (risas) es broma, ya me veis, estoy muy bien. Así llegaba, con casi media hora de retraso, el rey Juan Carlos a Logroño, traje gris oscuro y corbata naranja, a las instalaciones de Marqués de Murrieta para reinaugurarlas, después de una década de restauración. Se da la circunstancia que la familia Cebrián-Sagarriga, propietaria de las bodegas, cursaron la invitación a la Casa Real, allá por el mes de abril, para que fuera el rey el que acudiera. Luego sucedió la abdicación y la duplicidad de reyes, pero la invitación se mantenía al primitivo, a don Juan Carlos.

PhotoGrid_1413899847867Así que el rey emérito, tomaba un avión Falcón militar desde Madrid a Logroño y a la una y veinte aparecían cinco coches azules, precedidos por uno de la guardia civil y cerrado por otro de la policía nacional. De uno de los audis con pendón azul bajaban Su Majestad y su muleta. Y antes de descubrir la placa de su paso por el Castillo de Ygay, sede de Marqués de Mu
rrieta, charlaba con los periodistas y todo hay que decirlo, se le veía a gusto y sonriente, tanto es así que no tuvo inconveniente de someterse a un «interrogatorio».

«Me encuentro muy bien. La verdad es que se está muy bien sin ustedes, que siempre me están pinchando ( y nos hace una mueca muy evidente). No, es broma, les echo de menos porque me río con ustedes y lo paso bien.

¿Sigue haciendo recuperación?
Ya no hago recuperación, no tengo fisios, pero sí que me cuido porque hay que mantenerse.

¿Cómo ve a su hijo el rey Felipe?
Al rey le veo muy bien, le veo muy contento y claro que le doy consejos y ayudo todo lo que puedo.

¿Señor, usted es de Ribera o de Rioja?
Soy de los vinos de España.

PhotoGrid_1413899555494Dicho lo cual, bajo un sol de justicia logroñés y apoyado en su muleta, entró por primera vez en su vida, en las instalaciones bodegueras para proceder a descubrir una placa que deja constancia de su paso por las bodegas. A continuación, le mostraron una exposición con los hitos de la bodega y dadas las horas, la comitiva se dirigió, con la familia Cebrián y algunas autoridades locales, a degustar un menú ligero pero sabroso, cocinado en las propias bodegas;  carabineros en su jugo, suprema de merluza, carne de buey a la brasa de cepas y todo ello regado con un Rioja Castillo de Ygay del 1938, año de nacimiento de don Juan Carlos.
Con las mismas y una vez terminada la sobremesa, los casi 30 miembros de seguridad, han reducido el número, los tres perros, uno labrador y dos pastores alemanes, levantaron el puesto y otra vez, al aeropuerto de Logroño para regresar a Madrid.

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