Aumentan las previsiones de inflación tras el IPC adelantado de febrero

28/02/2011

Salvador Arancibia. Los precios han vuelto a dar otro susto, que no una sorpresa, en febrero según el indicador adelantado de su evolución. La inflación se ha colocado en el 3,6% en términos anuales y amenaza con seguir elevándose en los próximos meses y poner en riesgo la recuperación de la economía.

Los precios, según el indicador adelantado del Instituto Nacional de Estadística, se colocaron en el 3,6% en el mes de febrero debido sobre todo a la subida de los precios de los derivados del petróleo y algunos alimentos frescos; es decir por efecto de los precios de los productos más volátiles. La inflación subyacente se mantiene en el entorno del 1,6%.

El inicio de la crisis política que sacude a buena parte de los países del norte de África y su repercusión sobre los precios del petróleo está detrás de la subida del IPC adelantado en el segundo mes del año. La subida de febrero sucede a las experimentadas en diciembre y enero por los mismos motivos y por la subida del  precio de la tarifa eléctrica y los impuestos del tabaco.

En los precios de febrero, no obstante, no se han dejado notar los efectos de la crisis libia que ha llevado el precio del barril del petróleo a rozar los 120 dólares aunque en los últimos días se ha moderado para colocarse por encima de los 110 dólares. El único dato positivo de estos momentos es que el euro ha vuelto a tener una tendencia ligeramente alcista y ello reducirá mínimamente la factura del petróleo.

Será en marzo cuando se dejen sentir los efectos de esta, por ahora, última fase de la crisis política árabe, y por lo tanto lo razonable es esperar nuevas subidas del IPC ya que los derivados del crudo están en niveles de los máximos históricos alcanzados. En la medida en que la incertidumbre se mantenga y ello empuje al alza el precio del crudo las tensiones inflacionistas en España se mantendrán por encima de las previsiones hechas hace apenas unos meses.

La mayor parte de los analistas consideraban que, en las condiciones de finales del año pasado, la inflación media para el conjunto de 2011, se situaría en el entorno del 2% con una mayor tasa en los primeros meses del ejercicio, como está ocurriendo, pero con una clara tendencia a la reducción en el segundo de forma que se pudiera terminar en diciembre por debajo del 2%.

Ahora, con la nueva situación, los institutos de análisis están presentando nuevos escenarios que, manteniendo en algún caso los iniciales, apuntan como más probables otros con inflación más alta. El importante peso del sector energético en la composición del IPC, el 10% del total, hace que cualquier variación en los precios de estos productos, genera mucha volatilidad en el IPC global. Analistas Financieros Internacionales, por ejemplo, señala que, si el precio del barril se orienta hacia los 130 dólares, la inflación media en 2011 pasará del 2,1% inicialmente previsto al 2,8%.

Los efectos de una subida del precio del crudo no se refieren solo a la inflación sino que, si se mantienen durante un tiempo prolongado afectan también al crecimiento económico por varias vías. La primera, y posiblemente la que más efectos provoque, es una reducción del consumo de los particulares ya que tendrán que destinar una mayor parte de su renta disponible a pagar su factura energética y tendrán menos recursos para dedicarlos a otros bienes y servicios. De ahí una de las explicaciones del por qué de la decisión del Gobierno de limitar la velocidad en autopistas y autovías con el fin de que los consumidores finales ahorren una parte importante del coste de su factura petrolífera.

El mayor coste del petróleo supone transferir renta nacional al exterior por la vía del encarecimiento de las importaciones, lo que, inmediatamente, genera una menor aportación del sector exterior al crecimiento económico.

En el lado de la producción, la subida del crudo genera mayores costes para fabricar los mismos productos, lo que se puede traducir también en tensiones en los márgenes empresariales y por consiguiente en retrasos en la adopción de decisiones de inversión. El turismo puede ser el único sector beneficiado por la crisis del Norte de África al desviarse parte de quienes pensaban pasar sus vacaciones en esa zona hacia otros destinos turísticos. Y España está en las mejores condiciones para ser el receptor de estas personas.

Por último, el mantenimiento de una elevada tasa de inflación en la zona euro, en el entorno del 2,5% en el peor de los escenarios, puede provocar reacciones en el Banco Central Europeo, en el sentido de ir instrumentando medidas restrictivas de política monetaria para atajar posibles repuntes mayores de los precios. Aunque parece difícil que subiera los tipos de interés, porque pondría aún más en peligro la recuperación de la zona euro, no puede descartarse que suprima con un calendario más acelerado el resto de medidas extraordinarias de liquidez que ha puesto en marcha. Una de ellas sería cerrar en parte el grifo abierto para las operaciones de renovación a  uno y tres meses, por ejemplo.

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