El silencio que necesitamos

28/02/2011

diarioabierto.es.

Hay veces que un silencio es necesario, aunque no lo creamos. En ocasiones es útil y necesario no escuchar nada. No tener nada que decir ni escuchar.

Los silencios, aunque parezca mentira son muy fáciles de encontrar, sí, aún en los tiempos que vivimos, donde el ruido inunda nuestros días  y horas. Pero yo te aseguro que el silencio es posible. Que lo puedes encontrar en un libro, una tarde cualquiera o en una buena lectura. En los poemas de Rodolfo Serrano, por ejemplo, cuya poesía logra mantenernos unos instantes con el alma encogida de emoción, y dentro de ese silencio íntimo y personal que tanto necesitamos.

También podemos encontrar silencio dentro de unas piernas. En la caricia exacta, que va, desde los talones hasta la cintura. En ese recorrido de piernas largas y suaves. También, en la comisura de la boca, de esa persona que nos mira de reojo, a veces, y que nos hace encogernos de alegría. En ese beso, que te calla por instantes, justo ahí, en estas pequeñas cosas está ese silencio necesario. Esa paz interior que nos proporciona la calma, que nos roba esta frenética ciudad, imparable, como los trenes y los coches, y la vida, que al fin y al cabo, es imposible de parar (y que no pare).

Necesitamos el silencio para mirarnos, para llorarnos, para esperaros, parar querernos. Cuando los silencios compartidos, con alguien sean cómodos, puedes dar por hecho que esa persona, es realmente la persona que siempre has buscado, ya sea amigo o pareja. Porque un silencio cómodo vale más que mil palabras. Como ese beso que no hace falta pedirlo para que te lo den.

Créeme, necesitamos del silencio tanto como necesitamos de la palabra. Porque es en el silencio donde podemos encontrar aquello que perdimos, o a nosotros mismos. Ya que a veces, entre tanto ruido es imposible escucharnos. Hasta mirarnos al espejo es difícil, porque nos vemos borrosos, porque el ruido siempre termina por comerse al silencio y por consiguiente, un poquito de nosotros.

Y yo ahora, escribo estas palabras en completo silencio. Y de verdad, os lo digo, que a veces, es preferible la soledad que proporciona la voz callada, que mil palabras sin sentido. Se respira mejor. Como también os digo, que me gusta romper el silencio con un beso, o con una caricia inesperada o con ese “quédate a mi lado”.

Y es que, en realidad, creo que no se trata de romper el silencio, sino tan solo de saber acariciarlo. Que para romperlo ya vendrán otros.

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Un pensamiento en “El silencio que necesitamos

  1. Buenos días Susana. El silencio es necesario y en ciertas ocasiones vale mucho mas un silencio que mil palabras. Precioso escrito, te doy las gracias y mis felicitaciones.

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