Forever young

26/10/2010

diarioabierto.es.

Peter Pan trincha la calavera en la silenciosa soledad de un crepúsculo de rascacielos rojos, en L.A., y hay cocaína en la nevera y una mujer desnuda en el dormitorio y ahora mismo no sabría distinguir si esa mujer está viva o muerta. Peter Pan es el protagonista circular de Ellis venido desde los lejanos días de Reagan, allá por Menos que cero. Luego Bret Easton Ellis derivó en celebridad literaria mediante un
American psycho que dibujaba el capitalismo inmisericorde los 80, esa década codiciosa con tiburones a lo Gordon Gekko pero que en la pluma de Ellis eran además monstruos de extrema soledad, frágiles criminales incapacitados para toda empatía.
Y así siguen las cosas en la literatura generacional de Ellis, y en su última novela Suites imperiales. Tómalo o déjalo. Ellis es Ellis y no va a cambiar, igual que sus personajes. El mismo niño perdido que en Menos que cero se ejercitaba en la atrocidad y la autodestrucción alcohólica y la contemplación de mundo tras el cristal tintado de unas gafas de sol, ese mismo niño, es hoy un adulto que se mira al espejo y ve a un adolescente envejecido, y sigue transitando por un universo de horror en el que se asesina, se amputa, se tortura, se penetra en las vísceras en una búsqueda sin objetivo. Porque tanto el protagonista de Suites imperiales, ese guionista de Hollywood desorientado y borracho, como los secundarios (ex novias, camellos, amigos tocados por la devastación, jóvenes actrices en oferta) siguen una pauta común: están radicalmente imposibilitados para sentir algo verdadero por el prójimo, algo que vaya más allá del deseo o el ansia de posesión. Así somos.
La Generación X no ha crecido, asegura Ellis, que sigue escribiendo haciendo uso de estilete, o con un picahielos mojado en tinta. Ya sabéis: sin florituras, dejando un rastro de excesos, asustándonos de pronto con sus descripciones notariales de crímenes horrendos.
De su quinta literaria tenemos a Douglas Coupland, que tampoco ha claudicado pero que, en sus novelas, ve la luz al final del tunel. Ellis no. Ellis sólo ve oscuridad y tinieblas y cree que el mundo es un lugar terrorífico en el que o nos hacen daño o lo infligimos nosotros. ¿Nihilismo adolescente? Tal vez. Pero perturbador porque contiene alta dosis de realidad.
“Nunca me ha gustado nadie y me da miedo la gente”. Eso afirma el protagonista de Suites imperiales. Eso resume la desolación de un libro que gustará a quienes gustó el Ellis de sus inicios y deplorarán quienes siempre lo han detestado. O lo amas o lo odias. No hay término medio.

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3 pensamientos en “Forever young

  1. Para mí es un autor repetitivo, supravalorado y nada eficaz. Así que esta lectura no la compartiré contigo, eso sí ya que es día 28 de octubre aprovecho para decirte felicidades y desearte un buen día de cumpleaños.

    Saludos.

  2. No le conozco, por lo tanto, aún no sé si le podré llegar a amar u odiar, si lo tomaré o lo dejaré. -Y entre tanto lo o le, ya no se si lo utilizo bien.-

    Normalmente primero busco los libros en bibliotecas. Si no los encuentro intento adquirirlos en tiendas pequeñas. Sólo en último extremo me dejo caer por los grandes almacenes. No son lo mío. Pero mi proveedor habitual suele ser eficaz, y encuentra la mercancía.

    Reconozco que al cambiar el formato de la página y dejar de ver los libros acumulados del Lector Disperso, me invadió una pequeña tristeza. Ya se fue.

    No sé si hoy es o no tu «cumple». Por si acaso, mejor que sobre que no que falte. Felicidades.

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