Tras sacar pecho por los buenos resultados en el examen del BCE y de la EBA, donde logra la mejor puntuación en resistencia (comparando el escenario adverso con el base en el ‘stress test’) y en exceso de cobertura (según el análisis de calidad de activos, AQR), y destacar el crecimiento de los ingresos, que aumentan en todas las áreas de negocio y con un margen de intereses en el tercer trimestre que es el más alto de 2012, el consejero delegado del BBVA, Ángel Cano, anuncia nuevos ajustes en el grupo.
Para lograr una “mayor agilidad en la toma de decisiones”, y con el objetivo de “buscar el liderazgo en satisfacción del cliente y maximizar su vinculación con el BBVA”, el BBVA impondrá “estructuras más planas”, lo que supondrá “simplicidad y eliminación de jerarquías”. Todo esto se traducirá en una reducción de los servicios centrales y de las áreas de apoyo, fundamentalmente ubicados en España, para generar ahorros de entre 160 millones de euros y 180 millones a partir de 2015. El impacto estimado de esos ajustes en la cuenta de resultados de este ejercicio oscila entre los 270 millones y los 290 millones. El reto, para Ángel Cano, es “reducir costes sin impactar en la calidad del servicio” que se ofrece al cliente.
El otro mensaje en el que hace hincapié el consejero delegado en la presentación de los resultados hasta septiembre es en la apuesta por la “banca responsable” para poder “reconquistar la sociedad”. Dentro de ese modelo, Cano destaca el acuerdo con la OCDE para el primer informe Pisa de educación financiera, el apoyo al emprendimiento social (Momentum Project, premios Integra, Yo soy Empleo, entre otras iniciativas), y la política social de vivienda.
Pero el mensaje más contundente llegó con las preguntas de los periodistas. El consejero delegado del BBVA exigió “un frente común, de todos, no sólo de las empresas, para desterrar definitivamente la corrupción en España. Confía en que estos “escándalos lamentables” supongan “el principio del fin de las malas prácticas”, porque “un país como España no se merece esos casos, y más cuando tantas familias y empresas sufren para salir adelante”. Y critica que la corrupción se vea como normal en la sociedad española: “no podemos aceptar eso, porque si nunca se hace nada, nunca acabaremos con ella”.
Cano asegura que «no es infrecuente» que la entidad despida a empleados por un uso «indebido» de las tarjetas corporativas, “que no están para comer con la familia ni para los fines de semana, sino para cuestiones de trabajo”, con independencia del importe de ese uso incorrecto.
España, la mayor mejora
La actividad bancaria en España aporta al BBVA un resultado de 836 millones de euros, el 70,2% más, apoyado en el margen neto (2.743 millones, el 11,6% de crecimiento) y en la reducción de costes del 3,2%. Ese beneficio supone el 27% del total, aunque baja hasta el 8% por el peso del ladrillo. El banco reduce el 8,9% su exposición neta a la actividad inmobiliaria, hasta los 13.300 millones, gracias al aumento del 10,2% de las ventasa (16.049 unidades), y las pérdidas se reducen el 29,1%, hasta los 598 millones.
Cano estima que el negocio inmobiliario de la entidad en España saldrá de pérdidas e incluso tenga una contribución «positiva», en dos o tres años. Para el año que viene, la actividad bancaria en España aportará el 29% al beneficio del grupo, porque “es el área con más margen de mejora”.
El consejero delegado del grupo destaca la vuelta de clientes que abandonaron CatalunyaCaixa por la crisis tras su adjudicación al BBVA, y que cada día 200 empresas optan por trabajar con el banco.
El director financiero, Jaime Sáenz de Tejada, vincula el crédito a la demanda interna: “Si ésta sigue creciendo y se confirman expectativas, la demanda de financiación subirá”. Cristina de Parias, directora de España y Portugal, subraya que el BBVA está incrementando la nueva producción de crédito de consumo el 30%, y un 10% el que se concede a pymes.
Retorno gradual al dividendo en efectivo
El consejero delegado del BBVA pide al BCE “una armonización del régimen financiero dentro de la Unión Europea lo más rápida posible”. Descarta que el examen del BCE vaya a provocar una una «oleada» de fusiones, y retrasa «dos o tres años» cualquier movimiento de consolidación en el sector financiero español. “Si hay fusiones o adquisiciones, no serán por los resultados del examen, sino por la mayor presión hacia una rentabilidad más elevada que ejercerán los inversores, y que no todas las entidades van a poder lograr”.
El BBVA regresará de forma «gradual» al dividendo en efectivo a lo largo de «los próximos dos años», dando a entender que ya no habrá limitaciones a éste, como sucede en la actualidad.
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