La supervisión única facilitará fusiones transnacionales de bancos

01/11/2014

Miguel Ángel Valero. Tras el minucioso examen a las entidades, el 4 de noviembre comienza a funcionar el Mecanismo Único, el MUS.

Después del examen a las grandes entidades realizado por el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA), considerado por muchos expertos como “la mayor due diligence de la historia” al tratarse de un “ejercicio sin precedentes por su ambición” ya que “nunca se había hecho algo así”, el 4 de noviembre comienza a funcionar el Mecanismo Único de Supervisión (MUS o SSM por sus siglas en inglés).

“Un mecanismo de supervisión verdaderamente europeo debilitará la relación entre bancos y soberanos nacionales . Esto le ayudará a recuperar la confianza en el sector bancario europeo. La reciente crisis financiera ha demostrado lo rápido y con fuerza los problemas en el sector financiero de un país puede extenderse a otro, sobre todo en una unión monetaria, y cómo estos problemas pueden afectar directamente a los ciudadanos a través de la zona del euro”, argumenta el BCE.

¿Por qué el BCE? Por tres razones:

1.-Independencia. El BCE, como institución independiente en el ámbito de la UE, asegurará la supervisión bancaria desde una perspectiva europea. Esto debilitará el bucle de retroalimentación negativa entre los soberanos y los bancos nacionales.

2.-Experiencia. El BCE ya ha acumulado una experiencia en el análisis de las instituciones y mercados financieros. Por lo tanto, tiene los medios y, junto con las autoridades nacionales competentes, la capacidad técnica para llevar a cabo esta compleja tarea.

y 3.-Separación de tareas – El BCE llevará a cabo una supervisión independiente de la política monetaria. Las tareas de política de supervisión y las monetarias se llevan a cabo de forma independiente y los órganos de decisión del BCE discutirán la política monetaria y las cuestiones de supervisión en reuniones por separado. Por otra parte, la separación de la organización de los funcionarios que contribuyen directamente a tareas de política monetaria evita posibles conflictos de interés.

 

La selección de entidades

El BCE pasa a ser el supervisor directo de las grandes entidades, aquellas que tienen más de 30.000 millones de euros en activos, son muy importantes por su peso en relación al PIB, tienen una gran actividad transfronteriza, es uno de los tres principales bancos del país o han recibido ayudas públicas.

En cada país, al menos los tres bancos más importantes estarán sujetos a supervisión directa por parte del BCE, con independencia de su tamaño absoluto.

En el caso de España, las entidades que el 4 de noviembre comenzarán a ser supervisadas directamente por el BCE son el Grupo Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia (integradas en la DG I); Sabadell, Popular, Kutxabank, CajasRurales Unidas/Grupo Cajamar, BMN, Abanca, Unicaja, Bankinter, Ibercaja y Liberbank (en la DG II).

Las cooperativas de crédito (salvo el grupo Cajamar), el resto de las entidades de depósito nacionales, los bancos extranjeros, las financieras (EFC), las sociedades de garantía recíproca (SGR), las sociedades de tasación, la Sareb y las entidades de pago seguirán siendo controladas por el Banco de España.

El límite de los 30.000 millones no es casual, ya que que deja fuera del escrutinio del Banco Central Europeo a los landesbank y otras entidades financieras de los Estados federales de Alemania, muy similares a las cajas de ahorro españolas y se sospecha que en una situación de solvencia y de gestión bastante deteriorada por su exposición a títulos ligados a las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos. Éstas son las que provocaron la crisis financiera internacional que ha acelerado, precisamente, la puesta en marcha de la supervisión bancaria única en la Unión Europea.

 Gradual armonización

Las entidades españolas reciben al BCE como nuevo supervisor único con la confianza de una gradual armonización de los criterios de control que aseguren un marco regulatorio común en Europa. Esa supervisión única debe ayudar a Europa a avanzar hacia la creación de un mercado financiero verdaderamente integrado.

El examen a la gran banca, y sobre todo el análisis de calidad de activos (AQR, por sus siglas en inglés) realizado con criterios homogéneos, supone un caudal impresionante de información sobre la situación real de las entidades financieras en la Eurozona. Un ejercicio de transparencia que va a facilitar fusiones y adquisiciones entre bancos de diferentes países. Algo hasta ahora impensable, como pudieron comprobar el BBVA, a quien nada menos que el Banco de Italia gobernado por Antonio Fazio impidió que tomara el control de la Banca Nazionale del Lavoro (inútilmente, porque terminó en manos del francés BNP Paribas), y otros bancos españoles cuando trataron de entrar en otros mercados continentales de Europa, como Portugal.

Pero va a ser la supervisión única el factor que más facilite las fusiones y adquisiciones transnacionales de bancos. Primero, porque el examen ha detectado al menos una docena de entidades financieras con serias dificultades para sobrevivir, y países que no han terminado el proceso de reestructuración de sus bancos. Como señala un experto, “el BCE ya ha tomado la matrícula a cada gran banco en Europa”.

Además, el problema de la escasa rentabilidad actual del negocio bancario, en un entorno marcado por los bajos tipos de interés, elevado paro, alta morosidad y escasa demanda solvente de crédito, va a animar a entidades a buscar la concentración para resolver su futuro. En este contexto es cuando se hace más cierta esa afirmación sobre que “la primera línea de defensa de una entidad es su cuenta de resultados”.

 Integración

El MUS entra a funcionar el 4 de noviembre, formado por el BCE y los supervisores nacionales de los países que forman el área del euro. En nuestro caso, el Banco de España. El Mecanismo está dirigido por el Consejo de Supervisión (SB, por sus siglas en inglés), en el que se sientan los supervisores nacionales (estará Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España) y seis miembros del BCE. Las decisiones del SB deben refrendarse en el Consejo de Gobierno (GC), donde se sentará entre otros el gobernador del Banco de España, Luis M. Linde.

Se ha optado por el procedimiento de no objeción: el Consejo de Gobierno puede rechazar, pero no enmendar, la medida adoptada por el Consejo de Supervisión.

El objetivo del MUS es mejorar la supervisión de los bancos en Europa mediante la estrecha colaboración entre el BCE y los supervisores nacionales. En el caso español, el 80% de los controladores que pertenecen a los equipos supervisores conjuntos (JST) son nacionales, y de ellos el 90% pertenecen al Banco de España.

El supervisor español, por ejemplo, se queda con las inspecciones ‘in situ’ de las entidades, que tendrán un mayor peso en el nuevo sistema y que, como regla general, estarán al mando de un jefe que será un profesional del Banco de España.

Las decisiones sobre los bancos se adoptarán de forma centralizada por órganos de gobierno en los que participará activamente el Banco de España.

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