Una de cal y otra de arena. Los dos índices más «tradicionales», el S&P y el Dow Jones, claramente en positivo. En cambio, el Nasdaq Composite ls pasó canutas para avanzar apènas unas centésimas tras una sesión en la que fue claramente a menos y que aunque al final pudo matizar las pérdidas ha dejado mal sabor de boca.

Volvimos a asistir a una sesión de esas que ya se van convirtiendo en habituales. Subida de inicio que no se sostiene, bajada a media sesión hasta mínimos del día y rally final para dejar las cosas más o menos como estaban al cierre europeo. Lo peor de esta situación es que los índices americanos no dan demasiadas pistas y si quedan en los mismos niveles que estaban a las cinco y media de la tarde hacen un falco favor a quienes buscan en su «brújula» la interpretación de la tendencia.

Es como si todo estuviera cogido con alfileres y la verdad es que asistimos a un frágil equilibrio. La recuperación aún no se ha traducido en empleo, ni en España ni al otro lado del Atlántico, que no se crean que allí no están preocupados. Y en el colmo de males, el petróleo lanza una seria advertencia con las revueltas en los países árabes. Si al desempleo unimos una posibilidad de inflación no tardaremos en escuchar pronósticos más que agoreros.

Sin embargo, el mercado sigue resistiendo. Seguramente es debido a las gigantescas inyecciones de liquidez que las autoridades monetarias están poniendo a disposición de los inversores más cualificados, es decir, los grandes, porque el panorama para el pequeño inversor vuelve a tornarse difícil. ¿Cómo dedicar dinero a la inversión si lo necesito o lo voy a necesitar a muy corto plazo para llenar el depósito de combustible? Ya no es sólo la presión hipotecaria, ahora podemos estar también ante una presión inflacionista.

Pero el mercado, al menos en las dos últimas sesiones. no quiere ni oir hablar de semejante cosa. Sigue a lo suyo confiando en que las aguas volverán su cauce a corto plazo. En cambio, yo estoy en la obligación de avisarles: si en un plazo muy corto (y puede que sea más o menos un mes) el petróleo no deja de amenazar con un estallido en los precios, tendremos problemas y de los gordos. Las Bolsas pueden obviar la realidad solo hasta cierto punto y hay siempre un punto de no retorno que es la antesala del pánico. Recuerden que la semana pasada ya vivimos algún momento de pánico pero por alguna razón que desconozco el mercado confía en que todo se solucionará favorablemente. El día que cambie de percepción les deseo que tengan los stops muy ajustaditos porque será la mejor manera de salvar los muebles.

Pero mientras llega el momento de que se clarifique la situación, bien con una relajación del precio del crudo o con su estallido definitivo, los índices se han decidido por la botella medio llena. Para muestra, un botón. El Dow Jones, el índice de las 30 megaempresas, ha mandado en el escalafón subiendo un 0,79%. El S&P 500 le ha seguido con un avance del 0,56%. Y el Nasdaq Composite, que este momento se compone de 2.881 valores, logró en el último momento cerrar con una ganancia del 0,04%. Al menos, subieron más valores que los que bajaron, pero la proporción no fue muy significativa: 1,18 a 1, lo que tampoco es para tirar cohetes.