Detrás de muchas iniciativas empresariales lo que hay es el empeño de uno o varios fundadores. En el caso de la pyme de esta semana no es distinto: el fundador de PradoRey, Javier Cremades de Adaro, ingeniero agrónomo de formación, adquirió una finca de 3.000 hectáreas en la zona más alta y fría de la Ribera del Duero, un terreno que perteneciera en su día a Isabel La Católica. Allí plantó en los años ochenta más de 500 hectáreas de viñedo divididas en siete pagos, la mayor superficie de viñedo propio en la zona, en los que recuperaron cepas de más cien años de antigüedad. De esta forma nacería esta bodega, en 1993, aunque no fue hasta tres años después que llegaría la primera añada.
Actualmente la bodega está dirigida por su nieto, Fernando Rodríguez de Rivera Cremades, quien además en 2007 decidió apostar por los vinos blancos fundando en Rueda otra bodega. En la compañía trabajan 48 personas entre ambas bodegas, y producen unos 2,5 millones de botellas en Ribera del Duero y unas 700.000 en Rueda. ¿El best seller de la compañía? PradoRey Roble, “Todo un referente en lo que a relación calidad precio se refiere”, comenta Fernando Rodríguez.
El Ceo recuerda que uno de los principales problemas cuando se fundó la bodega fue la falta de financiación: “El proyecto del viñedo surge en los años 80, pero cuando se crea la bodega, España estaba sumida en otra crisis bastante importante. Una vez solventada la misma, a la bodega le tocó vivir en primera persona el boom de la Ribera del Duero, donde realmente había más demanda que vino que vender”, añade. La bodega es una de las que más exporta, situándose por encima de la media de ambas Denominaciones de Origen. Venden a Andorra, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, EEUU, Japón… “El primer mercado al que llegamos fue Alemania, en un evento organizado por la DO Ribera del Duero en su día para atraer potenciales importadores, se acercó a catar los vinos Gerd Rindchen en persona, dueño y fundador de Rindchen´s Weinkontor, uno de los mejores importadores de Alemania. Cató los vinos, se quedó prendado de ellos y dijo que quería comenzar a importarlos”, explica.
Una de las características de esta firma es la innovación: PradoRey Rosado por ejemplo, fue el primer rosado de Ribera fermentado en barrica. Lía, otro rosado, también fue innovador en el mercado. “En Rueda fuimos los primeros en utilizar la técnica boreal. También han existido otros proyectos que no han cuajado, pero no dejamos de innovar”, finaliza. La pyme cerró 2013 con una facturación de 8 millones de euros y pretenden llegar a los 9,1 millones este año.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.