Se veía venir. La segunda fase de la reestructuración del sistema financiero español ha comenzado con una inminente fusión: Caja España-Duero, que ya vivió su fusión en 2010 entre Caja España y Caja Duero, sigue ampliando su horizonte de activos y este martes ha dejado cerrada su fusión con Mare Nostrum, otro de los grupos surgidos el pasado ejercicio tras su fusión con Caja Granada, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Murcia. El resultado es la aparición en el mercado de la cuarta caja de ahorros española.

Caja España-Caja Duero se encontraba buscando «novio», como habíamos publicado en diarioabierto.es, tras la confirmación oficial del alcalde de León y consejero de la entidad, Francisco Fernández. Este martes, el presidente de la caja castellano-leonesa, Evaristo del Canto, tras intensificar los contactos de las últimas semanas, está a punto de sellar la operación en Madrid en presencia de representantes del Banco de España.

En este sentido, no se descarta que el Consejo de Administración de Caja España-Caja Duero ratifique el nuevo acuerdo este jueves para después convocar una Asamblea General para obtener el visto bueno definitivo.

Mare Nostrum es la sexta entidad del país en número de activos, 26.000 millones por encima de Caja España-Caja Duero y tiene un capital básico del 8,4 por ciento, dos décimas más que la entidad castellanoleonesa. Con la nueva operación, la entidad castellano-leonesa transferiría todo su regocio al banco Mare Nostrum, recibiendo a cambio una participación del citado banco, que son los flecos que faltan para culminar la operación. De cerrarse, se convertiría en la sexta entidad del país, por delante, incluso del Banco Pastor.

El Banco Mare Nostrum nació de la SIP (Sistema Institucional de Protección) formado por Cajamurcia, Caixa Penedés, CajaGranada y Sa Nostra  y tiene un volumen de activos mayor que Caja España-Duero, en concreto 72.000 millones, unos 26.000 más. El banco, con un capital básico parecido al de la caja castellana y leonesa (8,4% frente a 8,2%), cifró recientemente el riesgo inmobiliario de su cartera crediticia en 11.554 millones de euros. La entidad comunicó a la CNMV el mes pasado que entre los objetivos que se ha fijado se encuentra situar su capital básico en el 10% en 2013, lo que permitiría la devolución de las ayudas del FROB a partir de dicho ejercicio. El grupo recibió ayuda del fondo por importe de 915 millones de euros.

La pasada semana, el consejo de administración de Caja España-Duero estuvo analizando todos los contactos que se habían mantenido en busca de una nueva fusión o algún tipo de colaboración especial, como reconoció su consejero Francisco Fernández. Entre dichos contactos se encontraban Unicaja e Ibercaja.

El alcalde de León y consejero de Caja España-Caja Duero, Francisco Fernández, ha visto con buenos ojos la operación. Concretamente, ha señalado que si finalmente se cierra, sería «una buena opción» que evitaría recurrir a fondos públicos y garantizaría que la entidad de ahorros conservase sus señas de identidad y no fuera absorbida.

Así, los contactos con Unicaja Caja España-Duero se centraron en una posible fusión con la que poder alcanzar el 10% del core capital y evitar el control por parte del Banco de España, a través del Frob.

En la entidad castillano-leonesa se buscaba ganar en tamaño y solvencia. De fusionarse con Unicaja hubiera ganado en solvencia, dado que la caja malagueña cuenta con los mejores niveles de solvencia de todas las cajas, mientras que su fusión con Mare Nostrum supone mejorar en tamaño por volumen de activos. Caja España-Duero cuenta con una exposición al «ladrillo» reconocida de 8.800 millones de euros.

A través de los contactos que mantiene en Madrid Evaristo del Canto con representantes de Mare Nostrum y del Banco de España, se habla de un «inminente desenlace». «No debería haber problemas en que la operación cristalice», manifestó Francisco Fernández, quien reiteró que se trata de una «buena noticia» para los intereses de Caja España-Caja Duero.