UGT ha respondido con una acusación al informe publicado por la Comisión Europea, en el cual Bruselas lamenta las diferencias que separan a los trabajadores con contrato temporal y los indefinidos. Según el sindicato, la Comisión, que ha publicado un documento titulado ‘Ajuste salarial en España, ¿lento, ineficiente e injusto?’, pretende en realidad forzar una segunda reforma laboral en nuestro país y degradar de ese modo las condiciones laborales de los trabajadores fijos.

Para el sindicato, el informe de la Comisión Europea oculta la pretensión de realizar una nueva reforma laboral en España para recortar “aún más” el salario de los trabajadores con contrato indefinido. “En lugar de combatir la dualidad laboral, mejorando las condiciones laborales de los trabajadores en peor situación, da la impresión de que desde la Comisión y su entorno se insiste en lo contrario, devaluar las condiciones laborales de los trabajadores más estables”, acusa el sindicato.

Por su parte, el líder de UGT, Cándido Méndez, ha afirmado que la Comisión Europea “denota que o tiene una capacidad de análisis muy cínica o desconoce la realidad”. “Todas las reformas laborales que se han hecho en España han sido bajo el auspicio de la Comisión Europea y con el objetivo de acabar con la dualidad en el mercado laboral, y lo que han conseguido ha sido justo lo contrario”, ha concluido.

El sindicato reitera en cambio que es “preciso apostar por el empleo estable y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios”. “Si no, la salida de la crisis será en falso”, advierte. A falta de un “mayor desarrollo” en sus recomendaciones, UGT cree que la Comisión plantea “veladamente” una nueva reforma laboral para reducir el coste del despido de los contratos indefinidos e incrementar las posibilidades de recorte salarial por parte del empresario. “En otras ocasiones, al menos, así ha sucedido”, destaca.

La caída salarial ha sido mayor

El estudio realiza una extrapolación de datos de algunas estadísticas en materia salarial, subraya UGT. En primer lugar, la caída salarial ha sido mayor que la que reflejan las estadísticas de salarios cuando se elimina el efecto composición del empleo, tanto en términos nominales como reales (descontando la inflación).

Además, los trabajadores temporales han sufrido en mayor medida el ajuste salarial, con lo que habrían sido penalizados doblemente por la crisis, al concentrar una mayor pérdida de empleo y al ver reducidos sus salarios más que los trabajadores con contratos indefinidos. “Ambas conclusiones resultan verosímiles, pero las extrapolaciones que de ellas se apuntan en el documento merecen algún comentario”, apuntan.

Tanto UGT como CCOO, junto a las organizaciones empresariales, han promovido un acuerdo con el Gobierno que incluirá líneas de actuación contra la dualidad laboral. A falta de su desarrollo, el pacto debe dar lugar a un plan de lucha contra la dualidad en la contratación laboral, afirman desde el sindicato.

El acuerdo incluirá medidas de fomento de la estabilidad en el empleo, lucha contra el fraude en la contratación y erradicación toda forma de discriminación laboral, incluida la que tiene como bas los diferentes tipos de contratos. “Es una prioridad para las organizaciones sindicales”, señalan.

Cinco millones de fijos, despedidos

UGT acusa a la Comisión de intentar trasladar de forma interesada que el empleo indefinido apenas ha sufrido durante esta etapa de crisis. Una idea que “está muy lejos de la realidad”, afirman, tras apuntar el dato de que desde el cuarto trimestre de 2009, el 64% del empleo asalariado perdido ha sido empleo de carácter indefinido, 1,4 millones, frente a 588.000 temporales.

Desde 2008 ha habido en España más de cinco millones de despidos de trabajadores con contratos indefinidos, una cifra “abrumadora y que no parece hablar de la existencia de excesivas dificultades, ni económicas ni formales, a la hora de despedir en España”, concluyen.

“El problema no se encuentra en el coste del despido de los contratados de carácter indefinido, como sistemáticamente se plantea desde determinadas instituciones internacionales, sino en la utilización fraudulenta de los contratos temporales y en la exagerada discrecionalidad y facilidad que poseen las empresas para realizarlos, rescindirlos y encadenarlos, sorteando la lógica económica y en muchos casos la legalidad vigente”, sentencian.