Dov Seidman confirmó ayer durante su ponencia en ESADE que el comportamiento es la pieza clave del engranaje empresarial convirtiéndose así en el máximo exponente que lleva al empresario a alcanzar el triunfo. El experto aclaró que el interés reside no sólo “en el qué hacemos, sino en el cómo lo hacemos, el cómo lo medimos y el cómo dirigimos”.

El comportamiento está implantándose en casi todas las compañías como la “materialización de los valores de una empresa. Sin él, desaparece el compromiso del empleado, del cliente, y por extensión de la sociedad”, asegura Seidman. En la misma línea, el gurú americano clarificó que los datos de compromiso entre empleado – empresa son muy bajos, es decir, “en EE.UU, sólo el 13% de los empleados están comprometidos con su compañía. No tenemos que reformarla, sino repensarla y el cambio tiene que aparecer en el cómo”.

La creencia de Seidman en la “Era del Comportamiento” queda reflejada en su último libro “How: Why how we do anything meanss everthing”, prologado por Bill Clinton, donde se apuesta por promover el sentimiento de responsabilidad, comunicación y compromiso de la empresa con los empleados y viceversa para generar está actitud positiva que desemboque en el éxito.

Seidman afirmó que hay tres variables que estimulan a la gente para que haga algo y que pueden ayudar a mover el mundo: la coerción, la motivación y la inspiración. Además, ejemplificó su teoría sobre el comportamiento en dos casos: uno político, “en menos de 17 días Twitter acabó con Hosni Mubarack en Egipto” y otro de negocios “Netflix tuvo que cambiar su política de precios ante más de 800.000 clientes que expresaron su descontento vía Facebook”.

Conocer la situación, el liderazgo, los valores y el comportamiento de la empresa es de vital importancia para atacar los problemas, solventarlos y llenar las oficinas de “líderes inspiradores”. Para ello, es necesario seguir un camino estable que lleve hacía los objetivos y así recoger la recompensa empresarial.