Javier Marín tiene el más que dudoso honor de haber sido el consejero delegado del Banco Santander con el mandato más breve: apenas año y siete meses desde que sustituyó a Alfredo Sáenz en el cargo. Tras su sorprendente relevo por José Antonio Álvarez, hasta ahora director general financiero, apenas dos meses de su confirmación por la presidenta Ana Botín en la última junta general de accionistas (celebrada el 15 de septiembre), y teniendo en cuenta que todos los nombramientos producidos en el grupo el martes 25 de noviembre no entran en vigor oficialmente hasta el 1 de enero de 2015, la gran incógnita es que va a pasar con Marín.
Entre las especulaciones desatadas tras la aprobación por el consejo de administración de la propuesta de relevo efectuada por la presidenta del Santander figuran la prejubilación con 48 años y un sueldo cercano al millón de euros anual, que no es incompatible con que Javier Marín pueda desempeñar algún cargo de representación, no ejecutivo, en el grupo, y la desvinculación total.
Lo que todos, dentro y fuera del Santander, asumen es que, 83 días después de acceder a la presidencia del banco tras el fallecimiento de Emilio Botín, Ana Botín ha tomado definitivamente el mando del grupo. La nueva presidenta ya había enviado señales de que iba a mandar con su propio estilo y equipo (no hubo que esperar muchos días para ver la mudanza de ejecutivos desde Santander UK y alguno de su etapa en Banesto hacia la sede central de Boadilla), y que no asumía necesariamente estructuras y decisiones de su antecesor.
El mensaje más claro fue el desmantelamiento del Consejo Asesor Internacional para prescindir del polémico Rodrigo Rato, imputado doblemente por la salida a Bolsa de Bankia y por las tarjetas ‘opacas’ en esta entidad, y que fue fichado por Emilio Botín.
Pero los últimos movimientos han sorprendido a propios y extraños. Unas versiones apuntan a discrepancias en la estrategia, fundamentalmente en la necesidad o no de reforzar las ratios de capital y de realizar adquisiciones de bancos en Europa aprovechando los resultados del examen del BCE, entre Ana Botín y Javier Marín.
Llama la atención que la presidenta del Santander no haya aprovechado la ocasión para imponer un consejero delegado de su equipo más directo, como pudiera ser José García Cantera, que ocupó ese cargo en Banesto bajo su presidencia, y que es el sustituto de José Antonio Álvarez como director general financiero.
En cualquier caso, es significativo que a García Cantera le sustituya como director general de la división de Santander Global Banking & Markets otro directivo de Santander UK: Jacques Ripoll.
Mensaje de gestión financiera
Algún directivo del grupo cree que Álvarez será un consejero delegado de transición, hasta que Ana Botín opte por nombrar directamente a alguien de su equipo más directo. Pero el nombramiento de Álvarez como consejero delegado es todo un mensaje. José Antonio Álvarez ha sido, tras ser fichado del principal competidor, BBVA, en 2002, durante casi una década el número dos del consejero delegado, primero Alfredo Sáenz, y luego Javier Marín, llevando directamente el área financiera y de relación con inversores. Sin experiencia directa de gestión del negocio, en el grupo destacan su contrapeso con Ana Botín, que siempre es contemplada con un perfil más comercial.
Ana Botín ha optado por un ejecutivo de su generación (Álvarez tiene 54 años), de perfil bajo, discreto, sin afán de protagonismo, aunque muy valorado sobre todo fuera: en 2013 fue el mejor director financiero de la banca internacional según «Institutional Investor». Y de paso envía, a la organización pero también al mercado, un claro mensaje de la importancia del área financiera en esta nueva etapa.
Renovación en el consejo
Esa ‘revolución tranquila’ que parece imponer Ana Botín en el Grupo Santander se percibe también en la renovación del consejo de administración, en el que salen Fernando de Asúa y Abel Matutes y se cubre la vacante dejada por el fallecimiento de Emilio Botín.
Aquí el movimiento más llamativo ha sido la incorporación de Bruce Carnegie-Brown como vicepresidente primero (y por tanto sustituto de la presidenta) y como consejero coordinador de los independientes. Carnegie-Brown, un veterano financiero británico, trabajó 18 años en JP Morgan, fue socio gerente de 3i Private Equity, director general de Marsh en Inglaterra y consejero delegado del bróker de seguros para Emea, y ahora es vicepresidente del Instituto de Seguros de Londres.
Ana Botín internacionaliza el consejo (Estados Unidos, Reino Unido, México), lo rejuvenece, lo hace más igualitario (un tercio son mujeres), y con un gran peso de independientes (nueve sobre 15). Sol Daurella, presidenta ejecutiva de Coca Cola Iberian Partners, dejó el consejo de administración del Sabadell por el del Santander. Y el mexicano Carlos Fernández, presidente y director general del Grupo Modelo, es el único integrante del extinto Consejo Asesor Internacional que pasa a formar parte del máximo órgano de poder del Santander.
Pero al mismo tiempo asciende a vicepresidente a Rodrigo Echenique, consejero externo del Santander y considerado como la persona más cercana al fallecido Emilio Botín, del que fue consejero delegado. Un claro guiño al pasado, además de reconocer los méritos de quien hace muchos trabajos, discretos y en la sombra, para el grupo y para la familia Botín.
Crónica de 83 días
Ana Botín fue nombrada presidenta del Santander hace 83 días. Hereda una junta general extraordinaria de accionistas para aprobar la ampliación de capital para la recompra del 25% del Santander Brasil, y la entrada en Canadá mediante la compra de la financiera de automóviles Carfinco.
Pronto decide nombramientos, todos procedentes de Santander UK, de la que era presidenta ejecutiva. El décimo día de presidenta, inicia una gira por España, iniciada en Cataluña, para reunirse con la plantilla y con empresarios. Luego ordena implantar wifi en la red de sucursales del banco en España, una idea que tuvo un gran éxito en Santander UK. Y accede a la vicepresidencia de la nueva Cámara de Comercio de España, el organismo que sustituye al Consejo Superior de Cámaras de Comercio.
Y en su 83º día de mandato, sin esperar al tópico de los 100 días de gracia que suelen pedir los Gobiernos cuando acceden al poder, revoluciona la primera línea ejecutiva y el consejo de administración del Santander. El mensaje es evidente: Ana Botín toma definitivamente el mando en plaza.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.