Nuevo Futuro es una asociación sin ánimo de lucro que nació hace casi medio siglo con la intención de dar una formación a los niños que vivían en los orfelinatos. La crearon unas “señoras bien” de la sociedad madrileña y eso motivó que la excelente labor que llevan a cabo, estuviera empañada por algunos comentarios jocosos sobre las “señoras bien” que servían copas, hacían de tenderas y en definitiva, emulaban al servicio doméstico que tenían en sus casas durante 10 días que dura su “Rastrillo” con los objetos más variopintos del mundo para recaudar dinero con el que permitir que cada vez más niños abandonados pudieran tener un hogar.

Es la propia presidenta de honor de Nuevo Futuro, la infanta Pilar la que nos destaca los comienzos y labor de la asociación que nació hace 46 años en Madrid; “Menchu Herrero, fundadora de Nuevo Futuro, entendió que tenían que existir hogares pequeños para acoger niños porque no podía haber orfelinatos con 600 criaturas a cargo de seis monjitas porque la falta de cariño les provocaba un retraso. Así que comenzamos con dinero particular a crear hogares y el Estado cerró los grandes orfelinatos y nos siguió en el modelo porque entendieron que así se creaba un ambiente familiar porque lo importante en la vida es la familia”. Este fue el origen de la asociación Nuevo Futuro, impulsora de las 46 ediciones de El Rastrillo. No sólo tienen 11 pisos en Madrid, 10 en Guipúzcoa, 3 en Burgos o 5 en La Línea, hasta un total de 111 repartidos por toda España, sino que han extendido sus hogares por Senegal, Colombia, Portugal o Perú.

Este año los 80 puestos del Rastrillo de Nuevo Futuro, que se celebra hasta el 30 de noviembre, se ha trasladado al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid, el precio de la entrada, 5 euros, y ha contado con otra novedad, que destaca la infanta Pilar “las embajadas árabes se han unido y cada día lo dedican a un país árabe con sus objetos típicos y la degustación de comida típica”. Cerca de mil personas se movilizan en los diez días que dura el Rastrillo en donde “cada puesto es como una pequeña república, no sé lo que ocurre en el de enfrente”. Además de darles una “familia” a los niños, doña Pilar está orgullosa de otros proyectos “la Comunidad de Madrid nos pidió que hiciéramos dos unidades psiquiátricas porque los críos estaban mezclados con enfermos adultos y eso no era sano. Otro proyecto interesante son los hogares de día, para que los chicos no estén sueltos en la calle y no acaben mal, vienen después del colegio y se les ayuda a hacer los deberes”