Tres años después de su primer rodaje, la actriz Keira Knightley, se convierte una vez más en Coco Mademoiselle, bajo las ordenes de Joe Wright. Con la misma vivacidad, irresistible picardía y rostro rebelde que le concede todo su encanto presta su imagen a la campaña de presentación de la fragancia de la Maison francesa. Parte del anuncio lo pasa encima de una moto y por ello tuvo que aprender a conducirlas. Creo que si Mademoiselle Coco Chanel volviera a nacer sería como Keira Knightley en este anuncio.

Después del primer anuncio que se centraba en los vestidos de noche, este segundo se decanta por impresiones más urbanas que simbolizan la modernidad atemporal de Mademoiselle Chanel.  Una Keira Knightley, esbelta y elegante, nos la recuerda, con su mentón aristocrático, su pelo corto que suaviza sus facciones y el maravilloso mono de motorista ajustado al cuerpo, especialmente diseñado por Karl Lagerfeld.

Posee esa actitud desenfadada que le permite desnudarse sin bajar la mirada; ese gusto por el juego de la seducción; esa piel traslúcida; esa silueta sutil tanto si apuesta por un bombín, una camisa blanca o un mono de motorista, y ese caminar característico de la vida moderna.

Junto a Keira Knightley, el actor argentino Alberto Ammann interpreta el papel de fotógrafo fascinado por “COCO MADEMOISELLE”. Una presencia atractiva y sencilla que aporta credibilidad y glamour a la cinta y sin duda, una mezcla explosiva. Juego de seducción en 21 segundos y una puesta en escena con el chic parisino elegante y sexy.