Elena de Borbón, cinco años separada

01/12/2014

Carmen Duerto.

elena y marichalar

“Y si en el matrimonio va mal, ¿qué se hace?; “Tener una infinita paciencia” esto respondía Elena de Borbón en su época escolar ante una pregunta de la profesora de religión. Con el tiempo, maduraba la respuesta; “Lo más importante en un matrimonio es el respeto mutuo y tener cosas en común”. Cuatro años después de casarse con Jaime Marichalar, surge el primer rumor de crisis matrimonial y a las 17.57 minutos de la tarde del día 13 de noviembre de 2007 la Casa Real envía por SMS un escueto comunicado; “Zarzuela anuncia el cese temporal de la convivencia de los duques de Lugo”.

marichalar

A Elena y a Jaime se les había acabado el amor mucho antes de “cesarlo temporalmente”. Al margen del cambio de carácter sufrido por Marichalar después del ictus, hacía tiempo que no tenían actividades en común. A Jaime el esquí, los caballos y la náutica no le han interesado jamás ni puso interés. Con las amistades de Elena, no encajaba y para Elena las actividades culturales de Jaime, le resultaban tediosas. Esa máxima de “tener cosas en común” se desvanecía de su convivencia. La separación no fue fácil y la decisión la toma Elena que es la que abandona, con los niños, el domicilio familiar.

elena

A partir de entonces inician su vida por separado con los problemas habituales de las parejas que no se separan “amigablemente”. Si uno opina que es mejor que los niños vayan internos a Inglaterra, el otro opina lo contrario. Si uno quiere recuperar determinado objeto, el otro le dice que “Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”. Y entre medías, de qué va a vivir Elena y cómo queda la asignación de la pensión. Había que buscar un trabajo para la infanta que le permitiera vivir por sus propios medios y no depender de un ex marido, ni de un hermano futuro rey. El 15 de septiembre de 2008 llega la solución con su nombramiento como Directora de Proyectos Sociales y Culturales de la Fundación Mapfre. El sueldo lo redondea con la asignación que le pasa la Casa Real por sus funciones de representación en nombre del todavía rey en ejercicio don Juan Carlos. En pocos años, la vida de Elena entra en una ciclogénesis explosiva para la que no había sido preparada. Pasa de pedir los yogures a un empleado de la Casa a bajar al Mercadona de su barrio cercano al Retiro a llenar el carrito de la compra. Doblemente separada, del padre de sus hijos y del núcleo duro de la Familia Real, por tanto deja de recibir la asignación “real”, Elena se reinventa y regresa con más ahínco a su refugio hípico. Los caballos, sus amigos jinetes, el ambiente del Club de Campo, que nunca había perdido pero que ahora tiene más tiempo y más necesidad. Compite en pequeños concursos cercanos a Madrid, va al cine, organiza cenas en su casa, es convidada a las casas y fincas de sus primos y amigos de siempre, porque si algo tiene Elena como rasgo fuerte es que ha sido fiel a sus amigos y ese núcleo duro de amistades iniciadas en el colegio, perviven en el tiempo. Incomprensiblemente no tiene novio, pero sí muchos rumores de pretendientes. Hace una vida todo lo normal que puede hacer una infanta de España con pocas obligaciones institucionales, como le ocurriera antes a sus tías Margarita y Pilar y es precisamente, la hermana mayor de don Juan Carlos, la infanta Pilar la que me da una respuesta contundente sobre cómo puede sentirse Elena por su desplazamiento institucional siendo la primogénita; “Elena ha pensado lo mismo que yo, que esto es así. Es que ni lo pensé pa´qué, las cosas son como son y no vale la pena discutir y tampoco se me ocurrió. Era para mi hermano, pues muy bien le tocó a él la china porque es difícil. Eso sí, mi padre nos educó a todos igual en una cosa, él nos decía; “si no sirves a tu país, no sé de qué sirves”. Es que estas cosas no hacen falta decirlas, es automático, es tan normal que nadie en mi familia se hace la pregunta, las hacen ustedes, para nosotros es ley de vida y punto, no se discute”.

froilan

Ahora como toda mujer separada se enfrenta a los problemas lógicos de criar a dos adolescentes y más si te sale uno revoltoso como Felipe “Pipe” Froilán, que es más cercano a “Podemos” que a las Nuevas Juventudes del PP y al que no parecen gustarle los estudios. A diferencia de la madre, que tampoco fue brillante en el colegio y repitió curso, ella tenía una legión de profesores de refuerzo que se desplazaban a donde fuera Elena, a Baqueira en temporada de esquí o a Marivent en verano. En el caso de Froilán, ya no es posible ese sequito ahora hay que suplirlo con internados y disciplina. Felipe es adolescente, tiene las hormonas revolucionadas, la edad del enamoramiento y de ser “revolucionario” porque como bien dice Simoneta Gómez Acebo, prima hermana de la infanta Elena, “si uno con 16 años no es revolucionario, no puede serlo con 80. Es lo que toca”. Y Felipe Froilán, puede ser para los Borbón lo que la tía Henar para los Ortíz, salvando las distancias.

¿Te ha parecido interesante?

(+6 puntos, 6 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.