Esperanza Aguirre dará la talla

03/03/2011

diarioabierto.es.

Desde siempre he mantenido dudas razonables acerca de la esencia real de la señora Aguirre, de su verdadera personalidad. Conozco su impecable -e implacable- representación de “lideresa”: osada, atrevida, ambiciosa, carismática, espontanea, impulsiva, luchadora, descarada, temida, trabajadora incansable, enemiga pérfida… Pero ignoro si cuando se baja el telón del ardid político y se aleja de la Puerta del Sol es bondadosa o maligna. Si es intrigante o conciliadora. Víctima o verdugo. Chantajista o mediadora. Incomprendida o incomprensible.  Si es guerrera por vocación o por necesidad -sobrevivir entre hienas obliga a mantener los colmillos bien afilados-. Si es polémica por soberbia o por convicción. No tengo ni idea de cuál es el pilar que sustenta su naturaleza más profunda, aunque anteponer el fracaso de terceros a la responsabilidad adquirida con los madrileños -pasando incluso por encima de sus propias aspiraciones personales- podría ser un buen indicador de que no estamos ante un alma cándida, o bien, podría tratarse tan solo de un fiel reflejo de la pluma shakesperiana: «en nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser”. Puede que la Presidenta sea tan ángel como demonio, sin una personalidad dominante que prevalezca sobre las otras; que cada una de sus caras se adapte a la situación en la que sacar a relucir la actitud más conveniente. Personalidad flexible podría denominarse. O versatilidad pragmática.

Si como ser humano me aturde, como mujer la admiro: enérgica, triunfadora, con obsesión persistente por comerse el mundo y portadora de un buen par que ya quisieran para sí muchos autodenominados machotes. Me rindo ante su trayectoria ascendente. El mismísimo Gabriel Cisneros llegó a calificar la transformación de Aguirre como la más espectacular y rápida que había conocido en su larga vida política: Cisneros vino a decir algo así como que Esperanza había evolucionado de patito muy feo a cisne, pero descrito con la diplomacia propia de uno de los padres de la Constitución. De ser el hazmerreír de los chicos de negro a poner contra las cuerdas a la cúpula genovesa. De concejala vivaracha a futurible candidata a Presidenta del Gobierno. De una liberal del montón a icono de la derecha conservadora. Y a mí esas mujeres que se ponen el mundo por montera, que van sobradas de reaños, que no se rinden ni se resignan, corajudas y eternamente bravas , me encandilan, aunque esté en desacuerdo -casi permanente- con sus formas, y en ocasiones, también con el fondo.

Aunque le ha tocado lidiar con la enfermedad maldita, no me cabe duda que conseguirá hacer un requiebro a la fiera con maestría. Por lo pronto ha comenzado llamando a las cosas por su nombre: cáncer. Una dolencia con temible reputación, pero que a día de hoy, gracias a los avances de la ciencia y a la investigación médica, ha abandonado el papel de vencedora por el de vencida -más aún cuando la detección es precoz-. La Presidenta lo ha comunicado a la opinión pública personalmente: de forma escueta, sin concesiones ni estridencias. Con una naturalidad y una firmeza que servirán de ejemplo a muchas mujeres que se están enfrentando -y que se enfrentarán- a idéntica batalla. Los que con valentía salen al encuentro  de lo que la vida les pone por delante, son los que consiguen adueñarse de su propio destino. Los que luchan sin tregua ante las dificultades más severas, salen fortalecidos. En los momentos más dolorosos es cuando cobran valor las cosas importantes y cuando sale a relucir la categoría humana de cada cual: Esperanza dará la talla. Espero.

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6 pensamientos en “Esperanza Aguirre dará la talla

  1. Esperanza saldrá adelante y seguirá dando guerra ¿porque qué sería de la política en España sin una mujer como ella? La necesitamos y ojala llegue a más en la politica nacional

  2. Por lo que yo la conozco, a nivel personal, te aseguro que la forma es la cara del fondo, que no hay falsedad ni pose; que es exigente con su equipo tanto como consigo misma; que es amiga de la excelencia, el esfuerzo y el trabajo. Y lo que dice de palabra lo ha demostrado con obras (metro, hospitales, colegios, leyes, medidas…). Por erso el cinturón rojo de Madrid es cada vez más azul.

  3. Me gusta el enfoque de este artículo, ella no es santo de mi devoción pero comparada con el resto de políticos actuales es casi una diosa…

  4. Coincido con Hen. Excelente enfoque, y excelente política, aunque no coincida con ella. Como siempre, es un placer leerte…:)

  5. Coincido con HEN. Excelente artículo, y excelente política, aunque no coincida con ella. Como siempre, es un placer leerte…:)

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