Las dos velocidades de Europa

03/03/2011

Miguel Larrañaga. 03-03-2011

No es la primera vez que hago mención al problema que tenemos en España con Europa y nuestra condición de lastre para la economía europea. Desde luego, si estamos esperando a que hagan algo por nosotros, siquiera un gesto, apañados vamos. Y una ración de esto es lo sucedido hoy.

Apertura al alza como hacía tiempo que no se veía. Tan al alza que hasta el Ibex, que estaba remolón otra vez, no tuvo más remedio que sumarse a la fiesta y llegó a avanzar un 1,28%. Pero claro, hoy hablaba Trichet y el mercado estaba pendiente. Nadie esperaba hoy un movimiento de los tipos en la Eurozona, pero sí había mucha expectación por las primeras palabras del jefe del BCE tras la explosión de los precios del petróleo. Y fueron claras.

El habitualmente comedido Trichet habló de «estrecha vigilancia de los precios», lo que en lenguaje BCE es mucho decir. Y claro, no pudo reprimir decir que una subida de los tipos de interés en abril «es una posibilidad pero no una certeza» y aunque matizó que «un leve alza en abril no supone el inicio de la escalada de los tipos a futuro» e insistió varias veces en que esa posibilidad «está descartada», el daño estaba hecho.

{destacado}¿Para todos? Ahí es donde voy. Para algunos, tranquilidad, pero el Ibex se fue al garete en apenas tres minutos y pasó al rojo con total diligencia. ¿Por qué sí para el Ibex y no tanto para el resto? Pues ahí es donde hay que ahondar y lo voy a hacer sin pelos en la lengua, que no quiero malas interpretaciones.

El BCE tiene como objetivo macroeconómico el control de la inflación. Ningún otro objetivo, dado que las instituciones europeas estiman que controlando la inflación se asegura un crecimiento sano y sostenible. El problema es claro. La inflación en la Eurozona está ascendiendo a un ritmo endiablado y Trichet tiene que apagar este fuego, que para eso le pagan. Y la primera fórmula magistral es subir los tipos de inerés.

Es lo que tiene que hacer y lo hace y si España tiene un 20% de paro y una subida de las hipotecas va a añadir tensión sobre los impagados en el sistema financiero, a Trichet se la trae al pairo. Como fácilmente podrán imaginar, la reacción de la cotización de los bancos españoles a las palabras de Trichet fue una caída en picado. Y si caen los bancos, ya estamos liados: el Ibex se cae sí o sí.

¿Y el resto de los índices? Pues vayamos uno por uno. Al FTSE ni le va ni le viene el asunto, que tiene su propio Banco Central y no tiene euro, así que siguió subiendo y subiendo hasta rebasar la barrera de los 6.000 puntos, que hacía ya tiempo que no transitaba por estas alturas. El Dax, pues recorte por Trichet, pero con moderación. Mientras el Ibex se hundía, el Dax mantenía ganancias solventes y contribuía decisivamente a que el CAC también se sostuviera, aunque últimamnte el índice francés está demostrando solvencia por sí mismo.

Es la Europa de las dos velocidades en estado puro. Una subida de tipos ayudará a contener los precios y eso a los alemanes no les parece mal. Claro que quieren tipos bajos, pero tienen un sistema financiero no presionado por impagados hipotecarios y aunque la subida de tipos repercuta en un mayor coste de financiación de las empresas, con el crecimiento que tienen pueden asumirlo más que de sobra.

A España, en cambio, una subida de tipos le parece una seria amenaza para el sistema financiero y, desde louego, no va a contribuir a que disminuya el paro, ya que incrementa sí o sí los costes empresariales. Me dirán ustedes que son las Cajas las que más problemas tienen en estos momentos y que no cotizan y les responderé que a los invrsores extranjeros les da igual que sean Cajas o no. Hay, en su opinión, una amenaza sobre el sistema financiero español y arremeten contra él en su conjunto. Ni más ni menos.

Ni la salvaje apertura al alza en Wall Street logró salvar los muebles del maltrecho selectivo español que, a medida que se iba aproximando la hora de cierre veía como el Mibtel italiano quería venir a hacerle compañía en la zona de pérdidas. El resto, afectados pero con mucha menor intensidad. Es lo que tiene tener una economía maltrecha con un 20% de paro y unas cajas de ahorros a las que ha habido que obligar a hacer los deberes (por ellas no hubieran hecho absolutamente nada).

Ministra Salgado, tiene usted trabajo para rato y no le sobran amigos. Me temo que en cada esquina tiene usted a un sonriente soplagaitas que le saluda afectuosamente y seguramente intentará la adulación, pero en realidad es un enemigo enmascarado. Le ruego que no le tiemble el pulso y lo ponga a todos a buen recaudo porque España necesita esto mucho más que bajar la velocidad en las carreteras. Aleje a los polítios y a sus intereses de las Cajas tanto como le sea posible, que estos ignorantes han conseguido que lo que era un sistema financiero modélico, en el que todo el mundo se fijaba cuando estalló la crisis «subprime», se haya convertido en el hazmerreir del mundo.

En resumen, que Trichet llevó al Ibex al desastre mientras el FTSE se iba al cielo y que pese al intento incial del Dax y el CAC por resistir, al final terminaron pasándolas canutas y pidiendo la hora. El Dax avanzó un 0,62%, el CAC, que rozó el terreno negativo una hora antes del cierre, remontó hasta cerrar con ganancias del 0,66%. El FTSE se dio un fest¡ín subiendo un 1,52% y dejando atrás la barrera de los 6.00 puntos. ¿Y el Ibex? Pues peor incluso de lo que imaginan. Cayó un 0,72% y pudo ser más. Un desastre.

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