El Gobierno subirá unos 3 euros el salario mínimo interprofesional (SMI), un 0,5%, hasta los 648,6 euros mensuales en catorce pagas, o lo que es lo mismo, cerca de 9.080 euros anuales. La decisión contraría las esperanzas de los sindicatos que, inmersos en una negociación salarial con los patronos, confiaban en que el Ejecutivo apostara por un crecimiento salarial más vigoroso.

El Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes la subida del salario mínimo interprofesional, de la que se benefician unos 200.000 trabajadores. La decisión, plasmada en un real decreto remitido a los agentes sociales, supone un desaire para las centrales sindicales.

Pero las repercusiones son más amplias. Los sindicatos esperaban que el Gobierno apostara por una subida mayor, lanzando así una señal a los empresarios. Patronos y sindicatos ultiman estos días la renovación del marco salarial. Sin embargo, la negociación se resiste. Y todo indica que el año 2015 comenzará sin que los negociadores dispongan de una referencia salarial a la hora de negociar los convenios colectivos en empresas y sectores.

La subida del salario mínimo hasta los 648,6 euros mensuales (en catorce pagas) será oficial a partir del próximo 26 de diciembre cuando se reúna el último Consejo de Ministros del año, y le dé su aprobación, que cobra vigencia a partir del 1 de enero.

La subida del salario mínimo es inferior a la fijada en 2013, cuando el salario mínimo subió un 0,6%. En cambio, en 2012 y 2014, el nivel retributivo mínimo se mantuvo congelado.

En su cuadro macro para 2015, el Gobierno prevé que el deflactor del consumo privado –otra forma de medir la inflación de los precios– se eleve un 0,6%. Sin embargo, en noviembre pasado, el Índice de Precios de Consumo (IPC) marcó una bajada del 0,4% de los precios; y muchas previsiones esperan caídas superiores a las cinco décimas para el presente mes de diciembre.

Desaire a los sindicatos

La decisión no solo afecta a los 200.000 perceptores de esta renta. Se interpreta además como una señal por parte del Gobierno para continuar por el camino de la moderación salarial. En este caso referida a los millones de trabajadores que cada año negocian sus salarios en convenio.

La central Comisiones Obreras (CCOO) ha calificado de “insuficiente” la subida del salario mínimo intreprofesional. La central que dirige Fernández Toxo confiaba en que el Ejecutivo aprobara un alza más amplia. Una subida que hubiera servido además de señal para marcar el camino de los salarios pactados en convenio, cuya subida debe fijar el pacto entre sindicatos y patronos.

En un comunicado conjunto, CCOO y UGT han calificado la propuesta de “pobre, injusta y no coherente con la recuperación”. En una carta remitida a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, los responsables sindicales han criticado al Ejecutivo por no permitir, con esta subida, que se recupere el 5,4% del poder adquisitivo perdido por el salario mínimo en los últimos cinco años, estiman.

Para CCOO, la subida del 0,5% del SMI es una cifra “claramente alejada” de lo que sería necesario para que los perceptores del salario mínimo recuperen el poder de compra perdido durante la crisis.

Otras voces en cambio apoyan al Gobierno en su apuesta por la moderación salarial. En este sentido, el Banco de España ha abogado hoy en su último boletín, por seguir manteniendo los salarios en una expectativa de crecimiento muy contenido. El supervisor financiero ha advertido además que una subida salarial mayor supondría un riesgo para la recuperación económica.

Sin acuerdo salarial

En el marco de la renovación del pacto salarial, los empresarios se mantienen en su posición de subir un 0,6% los salarios el próximo año, en línea con el objetivo para el año 2014 que ahora acaba. Los patronos defienden además que toda subida debería estar condicionada a un crecimiento de la productividad.

Por su parte, los sindicatos reclaman un crecimiento del 1,3%, según el número dos de CCCOO, Ramón Górriz, en línea con la previsión oficial de productividad nominal para 2015.

Las centrales quieren huir de un objetivo general que afecte a todos los negociadores de convenios, y desean en cambio descentralizar la fijación de salarios, de tal modo que sean las empresas y los sectores los que decidan el ritmo de incremento salarial. Defienden en esta línea que los salarios crezcan por encima de los precios –y recuperen así poder adquisitivo – allí donde sea posible.