Si ha tenido el privilegio de comer en algún restaurante con estrella Michelin o en alguno de chef de renombre, aunque no tenga estrella, quizás se haya fijado en la vajilla. Pues sepa que en muchos de ellos, las piezas en las que los comensales comen y beben vienen de un pequeño taller catalán, Luesma & Vega. Esta pyme, en la que trabajan 7 personas, ha realizado piezas para El Bulli, para El Celler de Can Roca, Diverxo, Mugaritz, Paco Pérez, Hideki Matsuhisa… “El taller lo fundamos en 1991. Lo hicimos con la capitalización del paro, ayudas de la familia, un crédito bancario para comprar el primer horno y con un crédito sin intereses del Asca, Acciò Solidària Conta l’Atur”, comenta Xavier Vega, uno de los socios fundadores. Antes de dedicarse a las vajillas para alta gastronomía, realizaban proyectos y objetos decorativos, así como regalos de empresa. “En 2003 nos visita el diseñador que trabaja con El Bulli para que desarrollemos unas piezas de vidrio y un año después nos invitan a formar parte del equipo de desarrollo”, añade. Después, otros chefs empezarían a pedirles diseños: “El mundo de la alta gastronomía necesita elementos en la mesa que ayuden a la experiencia gastronómica, los chefs de primera línea necesitan vajillas diferenciadas y exclusivas”, explica.
Habitualmente, les contactan y les cuentan lo que necesitan. La duración del proceso de creación del encargo es variable: “No es lo mismo una pieza que una colección, la vajilla de 20 piezas para Astrid y Gastón Lima se desarrolla en un mes, a distancia y sin vernos las caras, vía Internet y en 3 meses la tenemos fabricada”, dice Vega. Aunque al mismo tiempo reconoce que prefiere procesos más lentos porque la creatividad necesita reposo.
En cuanto a los encargos a los que tiene más cariño, destaca la colaboración con Hideki Matsuhisa, del restaurante Koy Shunka, con el que trabajan desde hace cuatro años: “Cada 2-3 meses nos vemos e iniciamos una nueva pieza, las nuevas se van incorporando a su menú, así es una colección que siempre está en evolución”, cuenta. ¿Número de platos realizados? No idea: “Unos cuantos miles, hay que tener en cuenta que nuestro proceso es artesanal, la única parte automatizada es la cocción en el horno”, finaliza.
Actualmente están trabajando en una vajilla para el hotel Ritz Carlton de Hong Kong, que abre un pequeño restaurante gastronómico en la última planta capitaneado por el chef Alain Devahive Tolosa.
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