Escucho a la gente quejarse por la reducción de velocidad que el gobierno ha impuesto recientemente. Hay quien tacha de cutres las pegatinas con el número 1 impreso, que deberían de quedar pegadas a la perfección, sustituyendo el número 2, hoy lunes, día 7 de Marzo. Lo cierto es que esta medida, según he escuchado va a servir para ahorrar en carburante, por los problemas sucedidos con el petróleo.

Como siempre, me gusta buscar la parte poética -o llámale como quieras- a esta noticia.

Es decir que, si todo fuese tan sencillo como cambiar un dos por un uno sería genial. Como si para ahorrar un poco de amor para el futuro, cambiásemos de 120 besos al mes, a 110 y con eso bastase. Como si con una pegatina pudiésemos tapar la velocidad de nuestros errores. Todo sería fácil si con reducir diez puntos la velocidad de nuestros actos pudiésemos ser los mismos y mejores.

Dicen que las pegatinas estarán listas hoy, y que habrá multas para quien rebase la velocidad de 110 Km. Pero que tranquilo, que tus puntos no se verán sometidos.

La gente critica al gobierno, dicen que hay cosas más importantes que resolver. Que se van a gastar un dinero en pegatinas, en obreros, habiendo cosas más importantes por hacer. Cosas en las que invertir el tiempo, que es oro y no en esto.

No sé, qué quieres que te diga. Yo solo sé que recurro a la poesía al escuchar estas noticias, que  a mí me gusta la velocidad contigo, ya sea a 120 o a 110 y que seguiremos respetando las normas que nos imponga el gobierno y que buscaré la suavidad de tu mano en cada cambio de marcha. Y que apagaremos las luces para ahorrar electricidad mientras nos damos besos. Que buscaremos las señales prohibidas por tu cuerpo y que rebajaremos la velocidad desde tu boca hasta tu vientre y que dará igual lo demás, mientras tu piel sea mi única carretera y tus caderas esas curvas perfectas por las que dejarme llevar.

Así que, tendremos que respetar la velocidad marcada. Esos parches en las señales de tráfico que a partir de ahora nos recordarán que la vida está muy mal, que todo es por el ahorro. No debemos de olvidar que habrá una rebaja en los billetes de tren, y que todo, todo esto, es simplemente por nuestro bien, o eso dice el gobierno, o eso dice alguna gente.

Que no te extrañe, que esas pegatinas con el número 1 se desprendan con la lluvia o sean robadas por alguien que necesita cubrir algún número 2, en alguna casa, o en alguna cama extraña donde sea necesario otro tipo de ahorro por una causa diferente al petróleo.

Y fuera de la poesía, esperemos que esto ayude a una reducción en el consumo de energía, y que no sirva solamente para que por costumbre rebasemos, casi sin querer, el límite de velocidad y además de para ahorrar, para recaudar. O para, como si de una cortina de humo se tratara, olvidar, por momentos, que el paro sigue estando ahí como un hecho y una realidad, y que esto no se soluciona con una pegatina del número 1, querido gobierno.