Precisamente este lunes se cumplen tres semanas desde que acamparon en la terminal y comenzaron esta campaña de «explicación cívica a la ciudadanía del expolio y el fraude que supone la privatización de AENA y el paso a una concesión del aeropuerto más rentable de España», señalan en un comunicado.
En la acampada de la T4 han establecido un puesto de recogidas de firmas contra la privatización dirigidas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al Congreso de los Diputados y a los medios de comunicación, que, unidas a las recogidas por Internet, contabilizan un total de 15.000 firmas.
Hasta la fecha, se han llevado a cabo, además de la «acampada», bicicletadas, caceroladas, manifestaciones y paros parciales. «Todas estas acciones han sido para protestar contra la privatización de AENA, la pérdida de la condición de empleados públicos, la precariedad laboral y en apoyo de la consolidación de los trabajadores temporales a fijos», denuncian.
La «acampada» está siendo posible gracias el esfuerzo de los trabajadores que fuera de su jornada de trabajo se quedan en la terminal, realizando turnos entre todos, «24 horas al día, 7 días a la semana».
En su opinión, la privatización de AENA va a tener consecuencias en todos los trabajadores del ente, una empresa pública con más de 10.000 trabajadores, entre los cuales se encuentran los colectivos de apoyo a pasajeros y compañías, personal de mantenimiento, señaleros, bomberos, personal de operaciones y gestión aeroportuaria, administrativos, médicos y ATS aeroportuarios y titulados universitarios, entre otros, y que representan el 80 por ciento de su personal.
Y la privatización, denuncian, «va a suponer la subrogación de los empleados a una Sociedad Anónima, y posteriormente a una concesionaria, perdiendo la condición de empleado público y la garantía en el empleo».
Otra cacerolada
Este miércoles los trabajadores de AENA de Barajas realizarán la segunda «concentración-cacerolada» en los viales exteriores de Salidas de la T2, de 10.30 a 12 horas, para protestar contra la privatización de AENA, «la pérdida de la condición de empleados públicos, la precariedad laboral y en apoyo de la consolidación de los trabajadores temporales a fijos».
Coincidiendo con el entierro de la sardina, y en un ambiente festivo, van a escenificar la «pretensión» del ministro de Fomento, José Blanco, «de enterrar la red de aeropuertos españoles como servicio público, con una comitiva que portará el ataúd de sus derechos laborales, de la seguridad del pasajero y de las tasas más baratas y competitivas de Europa».
Esta «concentración-cacerolada» ha sido convocada por la CGT y la asociación de bomberos del Aeropuerto (Asobopa), a petición de la Asamblea 9-F de trabajadores, y está autorizada por los organismos pertinentes, concluyen.
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