Los frutos secos, cacahuetes, avellanas, pipas o nueces, tienen la fama de ser alimentos que engordan, por lo que se los suprimimos de nuestra dieta cuando queremos conseguir un peso ideal, y hay que decir, que de manera errónea. Pero ¿realmente engordan tanto los frutos secos?

Existe una variedad de estudios realizados en relación a los beneficios que aportan los frutos secos a la salud. Por norma general se han asociado este tipo de alimentos a un alto contenido en calorías. Es cierto que las tienen, pero estos estudios han dejado bien claro que son más los beneficios que nos brindan que las calorías.

Este gran aporte de calorías se debe a las grandes dosis de energía que nos brindan, pero se trata de un combustible totalmente beneficioso para el organismo. Hay que tener presente las dosis que nos ofrece de omega-3, necesario para mantener una correcta circulación sanguínea, ya que nos ayuda a eliminar el colesterol y mejorar el estado de las arterias. Junto a esto hay que destacar su alto aporte proteico y de fibra, necesaria para mantener un correcto funcionamiento del organismo.

Una cualidad de los frutos secos que debemos tener presente y que va en contra de la gente que piensa que engordan en exceso es que aumentan la termogénesis  que es la combustión de las calorías, con lo que el consumo de ellas en reposo es mayor que si no consumimos este tipo de alimentos. Por este motivo los frutos secos no solamente no engordan, sino que constituyen una buena forma de mantener activo el metabolismo durante más tiempo.

Es cierto que a muchos tipos de frutos secos se les añaden aceites y sales que son los que realmente pueden afectar a nuestra salud y a nuestra silueta, por lo que es recomendable consumirlos al natural, evitando cualquier tipo de condimento, ya que es la mejor manera de aprovechar al máximo sus beneficios. Como siempre, ser moderados en la cantidad consumida, como con cualquier otro alimento.

Debemos dejar de lado el miedo a engordar comiendo frutos secos, y utilizarlos como un tentempié perfecto en vez de otros alimentos que nos hacen más daño como las patatas fritas o la bollería.