Ellas, las invisibles

08/03/2011

Luis Díez.

Cuando se cumple un siglo de la manifestación de miles de obreras textiles en las calles de Nueva York  reclamando sus derechos y unas condiciones laborales en pie de igualdad con los hombres, no sólo persiste en España esa desigualdad salarial y de trato que reflejan las estadísticas, sino también muchísimas zonas oscuras, de trampas y sombras, en el ámbito de los poderes públicos. Menciono algunas al hilo de la actualidad parlamentaria.

Hace dos años, en esta misma fecha, el Gobierno atendió un mandato del Congreso y promulgó el decreto de “titularidad compartida” de las explotaciones agrarias. Pues bien, según la respuesta por escrito del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino (MARM) que el lunes recibió la diputada del PP por Ciudad Real, Carmen Quintanilla, aquella medida que iba a hacer partícipes a las cónyuges casadas o registradas de los beneficios de las cotizaciones a la Seguridad Social y de otros efectos como copropietarias de las explotaciones rurales, sigue inédita.

Dice la ministra Rosa Aguilar que ha habido dos reuniones con las autonomías para poner en marcha el registro de explotaciones compartidas, pero que sólo se han recibido peticiones de información y únicamente se han registrado 237 inscripciones en Cataluña. En España hay 703.500 explotaciones agrarias, y si descontamos las que están a nombre de la duquesa de Alba y algunas más, 703.439 están a nombre de los hombres. Los decretos para empedrar el BOE –-de 26 de marzo de 2009 en este caso– no transforman la realidad.

Otra zona de sombra la encontramos en la respuesta que el Gobierno acaba de enviar al diputado gaditano del PP José Landaluce. Resulta que el Directorio Central de Empresas (DIRCE) del Instituto Nacional de Estadística no permite saber cuántas mujeres constituyen empresas, pues no tiene en cuenta las variables de sexo ni edad. Y donde no hay conocimiento no puede haber reconocimiento.

La invisibilidad laboral y social de las mujeres se extiende por los registros y negociados y es conocida y reconocida por las autoridades. El “cuarto sector”, ese que iba a crear miles de empleos en dependencia y trabajo social, se quedó en “flautus vocis”, pura propaganda. Las mujeres seguirán cuidando a los hijos y a los padres sin reconocimiento alguno. Sólo un dato: de 18.477 empleos en trabajo social –cifra que incluye “agentes de igualdad de oportunidades para la mujer y otros diplomados en trabajo social”–, sólo 3.085 figuran con contratos públicos con cargo al “cuarto pilar” del llamado estado del bienestar.

Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se le debe atribuir el mérito de haber reflejado la paridad en la composición del Ejecutivo y de haber creado y destruido el efímero Ministerio de Igualdad, con la joven “miembra” Bibiana Aido sin otra función que la propaganda y publicación de folletos que ya producía el Instituto de la Mujer.

Pero de un Gobierno gestual y “cortoplacista” y de un Parlamento que no cumple la paridad –a pesar de que la ley obliga a los partidos a incluir un 40% de mujeres en sus listas– no cabe esperar mayor impulso a la igualdad y a la lucha contra la discriminación. Quizá por eso algunas diputadas socialistas como la madrileña Delia Blanco anunciaban ayer su presencia en la manifestación feminista convocada en la plaza de Jacinto Benavente. Señal de que la lucha continúa.

¿Te ha parecido interesante?

(+3 puntos, 3 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.