El plan Juncker tendrá nula eficacia si no se centra en los países con más paro

28/01/2015

Luis M. del Amo. La organización advierte que las zonas más deprimidas, como España, apenas han recibido un tercio de los fondos del Banco Europeo de Inversiones. Informe completo (en inglés) /// Resumen del informe (en español).

Los planes de la Unión Europea para invertir más de 300.000 millones de euros en la economía, el llamado ‘plan Juncker’, no servirá de nada a menos que los recursos se destinen a los países que más lo necesiten, entre ellos España y Grecia, las zonas que sufren el mayor azote del paro y hacia los cuales deberían dirigirse los fondos, ha advertido la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La organización dependiente de la ONU ha destacado además que, hasta la fecha, apenas un tercio de la inversión proveniente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) entre 2007 y 2013 ha tenido como destino estos países castigados con altas tasas de paro, superiores al 20% en el caso España y Grecia.

Para evitar perpetuar este escenario de “evolución sin cambios”, la OIT llama a movilizar la inversión privada en torno al llamado ‘plan Juncker’, cuya dotación ascendería a 315.000 millones de euros incluyendo los fondos públicos.

La OIT insta además a los gobiernos e instituciones europeas a acelerar el proceso legislativo de tal modo que el dinero pueda empezar a fluir a mediados del presente año 2015. Si se cumplen estas condiciones, y el plan se polariza en torno a promover el empleo de calidad en los países con mayores problemas, esta inversión millonaria tendría como fruto la creación de 2,1 millones de empleos a mediados de 2018 en el conjunto de Europa.OIT_plan_Juncker

Complemento a las medidas del BCE

La eficacia del ‘plan Juncker’ ha encontrado en el BCE un poderoso aliado. La combinación del estímulo monetario recientemente aprobado por el Banco Central Europeo que preside Mario Draghi, y la millonaria inversión puede tener un “alto impacto” en la economía europea, detalla el informe publicado este miércoles por la OIT bajo el título ‘Una estrategia de inversión orientada al empleo para Europa’.

“Podría potenciar la competitividad de Europa y ayudar a resolver la crisis del empleo. Sin embargo, su eficacia depende de cómo el programa es formulado”, advierte Raymond Torres, director del departamento de investigación de la OIT.

En primer lugar, el plan debe incluir una parte considerable de inversión privada, que beneficie sobre todo a las pequeñas empresas con alto coeficiente de empleo, subrayan. Además, debe articularse de tal manera que las economías con mayores necesidades puedan beneficiarse del fondo.

“Sin estas dos condiciones, el plan tendrá poca o ninguna relevancia en las perspectivas de empleo de la UE”, alertan. Por ello es necesario trazar una estrategia a más largo plazo que se concentre en la calidad del empleo y en reformas equilibradas, añaden.

Acabar con la “evolución sin cambios”

La OIT recuerda que la situación del empleo en Europa sigue siendo “frágil y desigual”. En su informe enfatiza que la tasa de desempleo en la UE se sitúa en el 10%, esto es, 3 puntos más que al inicio de la crisis, una situación que sufren especialmente mujeres y jóvenes, y donde la mitad de los parados son de larga duración, es decir, llevan más de un año sin hallar un empleo.

“La urgencia de abordar estas cuestiones aumenta cada día que pasa”, señala Sandra Polaski, subdirectora general de políticas de la organización. “Esta situación ha impuesto enormes costos económicos y sociales, con las repercusiones más graves en el sur de Europa”, añade.

“Las personas que han estado desempleadas por períodos más largos están más propensas a desalentarse y a abandonar completamente el mercado laboral. La demanda débil en Europa afecta las inversiones de las empresas perjudicando así la competitividad. A medida que las competencias se degradan, la empleabilidad de los trabajadores se deteriora, haciendo cada vez más difícil encontrar un trabajo cuando el mercado comienza a recuperarse, esto afecta especialmente a los jóvenes”, detalla.

El desafío es garantizar que los responsables políticos a nivel de la UE eviten un escenario “evolución sin cambios”, que podría resultar en que los fondos no lleguen a los países y sectores que más los necesitan, considera la OIT.

Por ejemplo, entre 2007 y 2013, los países con un desempleo más alto obtuvieron menos de un tercio de los recursos financieros del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La inversión privada es débil en los países afectados por la crisis. Una afluencia de recursos en estos países estimularía la reasignación de recursos hacia actividades más estratégicas y de alto impacto, y los desviaría de los sectores de bajo valor añadido, estiman.

La OIT cifra en más de 2,1 millones los empleos que podrían ser creados para mediados de 2018 gracias al plan de inversión trienal propuesto por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.

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