Fuet, longaniza, chorizo, somalla… Si los llevan elaborando desde 1946 y han llegado a nuestros días, por algo será. Hablamos de Can Duran, una pyme catalana que lleva años dedicándose al arte de hacer buen embutido. La firma se creó en los años cuarenta, pero en 2010 fue adquirida por David García-Gassull, actual director general de la empresa, que, entre otras innovaciones, impulsó el desarrollo de productos más sanos, sin ingredientes que pudieran generar trastornos a personas de sensibilidad especial. Prueba de ello son los últimos en aparecer en el mercado, la marca Exentis, que no llevan ingredientes alimentarios como el gluten, la lactosa, los sulfitos…

La empresa, en la que trabajan 56 personas, vende mayoritariamente en España aunque también exporta a Holanda, Bélgica, Reino Unido y Alemania. El año pasado produjeron cerca de 2.000 toneladas de producto, básicamente de dos tipos: los elaborados tipo longaliza y los fuets. “Los más demandados son la longaliza, el fuet y el espetec”, comenta David García-Gassull.

La compañía crece en nuevas referencias pero también, vía adquisiciones. En septiembre del año pasado adquirieron Casa Sendra: “Se trata de una histórica marca de salchichones. El acuerdo permite recuperar esta prestigiosa marca de Vic”, añade. Además, la firma sigue reduciendo la sal y eliminando los alérgenos de sus chorizos. También están desarrollando productos ecológicos que serán lanzados al mercado a lo largo de 2015. “El mercado valora cada vez más los productos saludables, naturales, pero sin renunciar al sabor y la textura del embutido tradicional”, explica.

La pyme, que ha sabido maridar recetas artesanas de herencia familiar con lo último en tecnología, facturó el año pasado más de 13 millones de euros, con un crecimiento del 16% con respecto al año anterior.