Algunos notables socialistas han puesto fecha al anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de no repetir como candidato a la jefatura del Gobierno en las elecciones de 2012. El anuncio lo hará en el Comité Federal del domingo, 27 de marzo, según creen. El presidente no quiere ser un estorbo para los candidatos autonómicos y locales en las elecciones del 22 de mayo y se ha convencido de que el mejor modo de no perjudicarles es anunciando su retirada y pidiendo a los electores que no castiguen su gestión en los comicios de mayo sino en las próximas elecciones generales.

En la reunión de la Ejecutiva del PSOE del lunes pasado se decidió incluso suprimir el tradicional mitin de la plaza de toros de Vista Alegre (Madrid), que dio lugar al famoso espíritu del mismo nombre, por entender que las exhibiciones del presidente perjudican más que benefician a los candidatos autonómicos y locales. El vicesecretario general José Blanco se atribuyó la decisión de suprimir el mitin del 2 de abril que iba a marcar oficialmente el comienzo de la larga campaña electoral.

Con este panorama se comprenderá que el interés del pleno de control al Ejecutivo estuviese más en los pasillos que en el hemiciclo, donde Zapatero derrochó optimismo al contestar a Mariano Rajoy que la mejoría económica, los “mejores datos”, comenzarán a verse “a partir de este mes con toda seguridad”. Por supuesto, Rajoy no le creyó. El presidente también explicó a la diputada de IU-ICV Nuria Buenaventura que desde febrero no exportamos armas a Libia y que las dos licencias que había en vigor para suministrar material bélico a Gadafi fueron anuladas el martes.

La oposición conservadora cargó en tromba contra el vicepresidente Manuel Chaves, bajo cuyo mandato como presidente andaluz se colaron decenas de personas, parientes de altos cargos y cuadros del PSOE en los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) de distintas empresas en las que nunca habían trabajado para acceder con esa trampa a remuneraciones y jubilaciones anticipadas.

El eregate es un escándalo de proporciones insondables que va a golpear al PSOE de Andalucía durante años. La Justicia está examinando los expedientes de la última década. Un camión de papel aguarda en los juzgados sevillanos. La sucesión de sorpresas será abundante. Chaves se defendió ante la Cámara acusando al PP de “hurgar en la basura y aumentar la desafección de los ciudadanos hacia la política; la derecha busca la destrucción del adversario, lo hicieron con Felipe González y ahora conmigo”.

Mientras el bueno de Manolo, como le llaman sus compañeros, trataba de defenderse argumentando que ha sido la administración andaluza la que ha puesto las trampas en manos de los jueces, Zapatero y Bono se encerraron en el despacho de éste último para contrastar sus análisis de la situación. Bono está escribiendo un libro de memorias políticas para la editorial Planeta, que le paga medio millón de euros, y no quiere equivocarse. Zapatero está terminando su guión gubernamental. ¿De qué hablaron? Nada quisieron decir. Ni siquiera Bono repitió la frase de su último encuentro, hace un mes: “De lo que ustedes imaginan”. Entonces no tenían los resultados positivos de la biopsia del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba.