El frío acrecienta la posibilidad de contagio en el lugar de trabajo

05/02/2015

L.M. Infusiones, comida caliente y una ventilación adecuada, consejos de los expertos para capear el descenso térmico.

Las temperaturas bajan y eso se nota también en nuestros puestos de trabajo. El descenso térmico puede provocar un descenso en la productividad, que afecta sobre todo a las personas que desarrollan su actividad a la intemperie o en espacios no acondicionados. Es necesario pues que busquemos diferentes opciones para conseguir aumentar la temperatura corporal.

La temperatura es sin duda un factor clave que puede afectar al desempeño profesional. Tanto el calor como el frío pueden disminuir la productividad de los trabajadores. Por eso es conveniente recordar que la temperatura adecuada en el trabajo debe ser entre los 20 y 25 grados centígrados, según señalan desde el portal de empleo Universia-Trabajando.com.

Expertos señalan que la caída de cinco grados en la temperatura provoca una disminución en la productividad equivalente a un incremento del 10% en los costes laborales por trabajador. Es decir, los cambios climáticos en las oficinas alteran la concentración de las personas y no permite que trabajen a su máximo potencial.

La exposición al frío puede producir desde incomodidad, hasta ralentización en la ejecución de las tareas, sin olvidar efectos más graves, para las personas que trabajan a la intemperie, como congelaciones en los dedos, y en las mejillas, nariz y orejas.

Cómo protegerse del frío

La forma más rápida de subir la temperatura corporal es a través de la alimentación. Está totalmente contraindicado la ingesta de comida o bebidas frías, ya que su consumo nos hará perder más calor. “Debemos ingerir alimentos con una alta temperatura para mantenernos en óptimas condiciones”, afirman.

Una de las opciones más comunes y totalmente saludables para combatir el frío son las infusiones. Existe una gran variedad de plantas que además te aportan nutrientes y antioxidantes. “Esta es una de las mejores alternativas, ya que aumentan la temperatura del cuerpo sin necesariamente aumentar el consumo calórico”, subrayan.

Oficinas sin ventilación

Pero el frío también puede suponer un riesgo para la nuestra salud por causas indirectas. La contaminación intradomiciliaria, es decir, aquella que se produce cuando no ventilamos nuestra oficina o usamos estufas inadecuadas, causa miles de catarros y gripes cada año, y tiene además efectos más graves, derivadas de la inhalación de los gases producidos por una mala combustión de los radiantes.

Respecto a las estufas, los expertos recuerdan que sólo las eléctricas, las losas radiantes, los radiadores y los calefactores cuentan con un sistema de evacuación externa inocuo. “El resto de las calefacciones contaminan”, advierten, tras desaconsejar el uso de chimeneas, estufas catalíticas y aquellas que consumen parafina.

Además, en época de frío, las oficinas por lo general se ventilan muy poco o nada, y ese también es un riesgo, añaden. En esta época aumenta las gripes y catarros producidos por la mala calidad del aire en estos espacios cerrados, finalizan.

Por eso es recomendable “ventilar al menos una vez al día tu lugar de trabajo, y por supuesto, no dejes de abrigarte bien”, señala el director general del portal, Javier Caparrós.

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