La obra, de 1892, era propiedad del coleccionista suizo Rudolf Staechelin, quien la había donado al Museo de Arte de Basilea (Suiza), hasta que discrepancias con la dirección le llevaron a poner la obra a subasta.

El óleo fue pintado por el artista francés durante su estancia en Tahití, donde llegó un año antes.

Según fuentes de la cadena británica no confirmadas, el cuadro habría sido vendido a un museo de Qatar. Previamente, un coleccionista qatarí había pagado la cantidad más alta hasta ahora jamás fijada por un cuadro: ‘Los Jugadores de Cartas’, de Paul Cézanne, vendido por 228 millones de euros.