Entre octubre y diciembre pasados, tres de cada diez desanimados se reincorporaron al mercado laboral, bien a la cola del paro o, directamente, a desempeñar una actividad profesional. Aun así, el número de quienes arrojaron la toalla, y a pesar de la bajada de un 14% en el último año, roza los 435.000, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que maneja Asempleo, la patronal de empresas de trabajo temporal (ETT).

Al término del cuarto trimestre pasado, el número de desanimados alcanzó las 433.700 personas, un 14% menos que un año atrás. La vuelta al mercado laboral tiene que ver con la mejora de las expectativas de encontrar un empleo derivadas de la recuperación económica, señalan.

Siete de cada diez desanimados son mujeres, a pesar de que es el colectivo que aporta mayor número de miembros hacia la actividad (trabajo o paro), según destaca el informe.

Sin embargo en términos relativos, son los hombres los que muestran una mayor propensión a volver a la búsqueda de trabajo o al empleo: cerca de un 40%, frente al 26% de las mujeres. “Sería necesario implementar una serie de medidas que impulsen el empleo para las mujeres, de cara a revertir la feminización del desánimo”, defienden.

Vuelven los mayores

Un 40% de los desanimados son mayores de 55 años debido fundamentalmente a su difícil reciclaje profesiona, su reticencia a trasladarse de ciudad y por la cercanía a la jubilación, lo que dificulta su transición a la actividad. Sin embargo es precisamente en este colectivo donde se ha producido una mayor reducción de los desanimados.

Pero también los jóvenes han respondido a la llamada del empleo. De hecho, uno de cada dos personas entre 25 y 35 años han salido de la inactividad y se han puesto a buscar trabajo, encontrándolo en algunos casos.

En cuanto a la distribución territorial, Cataluña es la región donde un mayor porcentaje de desanimados han pasado a la actividad, cuatro de cada diez. Le sigue Extremadura, con una transición cercana al 38%, y la Comunidad Valeciana, con un 35%.

“Los últimos datos no solo constatan la creación sostenida del empleo sino la incorporación de efectivos perdidos por el camino de la crisis, que han vuelto a animarse ante un nuevo panorama que ofrece mayores oportunidades”, afirma Andreu Cruañas, presidente de Asempleo.

El empleo crecerá un 2,6%

El primer mes del año ha dejado unos registros peor de lo esperado en relación con el paro y la ocupación, añaden. El número de afiliados cayó en 200.000 personas frente a la previsión de 165.000 efectivos avanzada por Asempleo. En cuanto al paro el mes de enero sumó casi 78.000 desempleados a las listas del antiguo Inem. “La evolución del empleo en noviembre, y sobre todo la campaña de navidad, hacían presagiar un mejor comienzo del ejercicio”, justifican.

La mala evolución del empleo agrícola, derivada de la escasa cosecha de la aceituna, se sitúan como primera causa de este arranque del año poco agraciado, añaden. Sin embargo, corregido el efecto de la estacionalidad, en enero se ha seguido creando empleo, matizan; concretamente, 23.000 afiliados más, y 38.000 parados menos, recuerdan.

En cuanto al futuro, el indicador Afi-Asempleo prevé que el empleo crezca un 2,6% anual al término del primer trimestre, en línea con el comportamiento más reciente de esta tasa.