El petróleo por las nubes porque Oriente Medio es un polvorín, los últimos datos macroeconómicos y los beneficios empresariales no han llegado a las previsiones, el sistema financiero que sigue haciendo aguas tres años después, los temores sobre la deuda europea vuelven a aflorar y ahora señalan a Portugal, el índice más influyente de Europa, el Dax, en franca corrección… ¿Se puede pedir algo más? Pues aquí lo tenemos, un terromoto de los grandes en Japón.

Está visto que cuando se pone la cosa negativa, se pone pero en serio. Uno de los pocos sectores que tenía ganas de subir era el asegurador y el terremoto japonés corta de raíz esas subidas, así que nos hemos quedado sin otro posible motor de la recuperación de los índices. ¿Quedará alguno?

Así no hay manera de que el mercado le diga a Moody’s lo que piensa realmente de su rebaja del «rating» español. La opinión mayoritaria es que podemos estar de acuerdo en el riesgo autonómico, pero que ahora Moody’s debería hacer lo que el Banco de España: entidad por entidad ir diciendo lo que dicen sus fabulosos técnicos.

En cualquier caso, ayer ya respondió el Ibex c0n la menor bajada de entre los índices europeos y hoy ha ocurrido exactamente igual. Se han cubierto ustedes de gloria, señores de Moody’s, y donde pone gloria, léase mierda. Señora Salgado, le ruego que estos sean los primeros a dejar de calificarnos, por ser tan torpes como para decir lo que dijeron en el mismo día en el que les podían sacar los colores.

Mi estimada ministra, una de mis lectoras se ha asombrado de que paguemos a estos impresentables. ¿Le explicamos como funciona? Mire, Carmen. Estos tíos han conseguido que el mercado sólo compre emisiones «calificadas» diciendo que si ellos establoecen qué riesgo de impago tienen todo el mundo podrá desenvolverse mejor, quien emite no tendrá que pagar de más y quien compra no se sentirá engañado. Así que si quieres sacar una emisión al mercado, de lo sea, tienes que pagar para que te califiquen. Y no cobran precisamente barato.

Ahora bien, estimada Carmen. Estos tíos tampoco asumen ninguna responsabilidad sobre sus actos. Asignaron la máxima calificación de solvencia a las emisiones que sirvieron para inundar el mercado de bonos respaldados por hipotecas subprime y, que uno sepa, no ha ido nadie a la cárcel. Imagine que se han equivocado con España. Pues bastará con que dentro de tres meses digan que nos suben la calificación y ya está. Nadie les pedirá cuentas, lamentablemente.

En fin, que nada de esto va a cambiar así que no le dedicaremos más tiempo. Y tampoco merece mucho la pena explicar pormenorizadamente qué pasó en el mercado. Bastan pocas líneas. Bajó mucho de inicio, se calmó después y en el caso del Ibex y el FTSE terminó bastante bien, con pérdidas del 0,36% y del 0,28%, respectivamente. Lo del Dax, en cambio, es para olvidarlo, con una caída del 1,16% y un perfil lamentable de poca fuerza, pocas ganas y ninguna convicción. Por lo que se refiere al CAC, su pérdida ha quedado en el 0,89% y sigue sin personalidad.