El próximo sábado expira el plazo dado por el Gobierno para que empresarios y sindicatos pacten la reforma de la negociación colectiva, un cambio normativo del que se lleva más de una década hablando, pero que parecía muy próximo hasta que Angela Merkel se salió con la suya el pasado día 12, y obligó a todos los países de la eurozona a que liguen la subida de los salarios a la productividad, no a la inflación.

Si ya al Gobierno le había costado recuperar el diálogo social tras la reforma laboral que se vio obligado a aprobar por decreto ley y por imperativo de Bruselas, FMI y OCDE, ahora llega la canciller alemana, en cuyas manos está todo lo relacionado con el fondo de rescate en caso de necesidad, y no deja ni elegir en el ámbito nacional cuál debe ser la estructura de los salarios. Merkel dice que a ellos les ha ido muy bien, hasta el extremo que su economía va viento en popa y ha recuperado el mando de la locomotora alemana, y todos deben seguir el ejemplo.

No importa que en España se haya aplicado la moderación salarial, aún en tiempos de bonanza económica, o que ahora en plena crisis, lo único que ha recuperado el coste laboral, claro está de los que aún tienen la suerte de tener un trabajo, ha sido una décima. Este es uno de los principales argumentos que habían utilizado las organizaciones sindicales para rechazar esta referenca, e incluso a los empresarios no les convencía la propuesta alemana.

Esta imposición, cuando hasta el propio Zapatero defendía en los foros internacionales la referencia de la inflación prevista como el aumento salarial en España y de las mismas pensiones –que este año se han congelado, todo hay que recordárselo a Merkel para que vea que cuando no se puede nadie pide ni oros ni moros- llega en el momento más inoportuno para el diálogo social. Merkel se salió con la suya justo una semana antes de que finalice el plazo para que CEOE-Cepyme y CCOO y UGT sellen su acuerdo.

Otro traspiés del que habrá que ver cómo salen los agentes sociales, después de llevar un mes –desde que Merkel vino a visitarnos y ya nos “sugirió” ligar salarios a productividad-, porque la autonomía de las partes que tan escrupulosamente estaba respetando el Gobierno español, ha quedado hecha añicos.

De momento, como si no hubiera pasado nada, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha asegurado que la reforma de la negociación colectiva estará lista a tiempo, y además que este acuerdo será el “principal compromiso” para cumplir el Pacto del Euro que anuncie España en la cumbre que se celebrará el próximo 24 de marzo. En dicho Pacto se encuentran las nuevas medidas aprobadas este 12 de marzo por los líderes europeos a instancia de Alemania, una de las cuales es, precisamente, ligar la subida salarial a la productividad y no a la inflación.

Salgado, que asiste este lunes a la reunión mensual de los ministros de economía de la eurozona, también deberá proponer al Parlamento si España introduce en la Constitución fijar un límite al déficit público, o si se hará a través de una ley, las dos opciones que el Pacto del Euro ha dejado elegir a cada país. De momento, la vicepresidenta ha concretado cómo podría España introducir este límite: “El Consejo de Política Fiscal y Financiera siempre incluye límites al déficit y eso está en nuestra Ley de Estabilidad, una limitación a lo largo del ciclo”. Ante estos argumentos, Salgado explicó que lo único que debe hacer España es “aumentar la coordinación con la colaboración de las comunidades autónomas”.

Ante el avance que se produjo el pasado viernes al cerrar un acuerdo en torno al Pacto del Euro, Salgado concretó que la reunión de los ministros de Economía lo único que ultimarán serán los detalles para “flexibilizar” el fondo de rescate y pactar el nuevo sistema de sanciones para los países con exceso de déficit, algo que –según dijo- en España “no preocupa” que se vaya a incluir la deuda privada cuando se sobrepase el límite de la deuda pública.

Transcurrido tan solo este fin de semana, los mercados han mostrado más confianza en lo que se está haciendo en la UE, hasta el extremo que el diferencial de la deuda soberana de algunos países cayó de forma rápido. Por ejemplo, en España ha pasado a los 208 puntos, cuando lleva desde enero superando los 240 puntos básicos. Por este motivo, Salgado ha hecho hincapié en que el Pacto del Euro va a contribuir a “reducir la inestabilidad” en los mercados. No obstante, el terremoto de Japón también hoy a empezado a tener su impacto en los mercados.

Carta de Zapatero

Nada más cerrarse el Pacto del Euro, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha remitido una carta el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que acepta ajustar los salarios a la productividad, una cuestión que hasta ese momento no tenía razón de ser en España.

Pero, además, siguiendo las medidas del citado pacto, también se compromete a liberalizar los servicios profesionales que, por otro lado, cabe recordar, es una cuestión que el Ejecutivo español tiene pendiente de aprobar desde hace varios años.

De esta forma, y una vez asumidas sus pretensiones, la canciller alemana accedió el pasado viernes a reforzar la capacidad financiera del fondo de rescate y a flexibilizar su uso para que pueda comprar deuda en el mercado primario, tal y como pedía España y Portugal. La vicepresidenta económica considera que esta flexibilidad es «suficiente».